Mineras y autoridades chilenas coinciden en importancia de desalación

El Ministerio de Obras Públicas (MOP) de Chile y empresas mineras como Albemarle están de acuerdo en que la desalinización es clave para resolver la crisis del agua, especialmente en la zona norte del país.

La Policía desalojó recientemente a pescadores de un área en la Región de Valparaíso donde se planea construir la planta desalinizadora de US$1.000 millones Aconcagua. Los manifestantes señalaron que la planta perturbaría el ecosistema local y afectaría su negocio.

En respuesta a una pregunta de BNamericas en una conferencia organizada por el Consejo de las Américas, la ministra del MOP, Jéssica López, dijo que el desalojo estaba bien y que los que protestaban estaban equivocados porque se cumplían todos los requisitos medioambientales y de participación pública.

La autoridad agregó que el propietario del proyecto, Aguas Pacífico, acató las normas sobre participación ciudadana y que el ministerio ayudó con el alcance comunitario. “Nadie piensa que es posible hacer un proyecto sin una actividad intensa de trabajo con las comunidades”, señaló tras su presentación.

López explicó a los periodistas que las regiones de la zona centro-norte son especialmente vulnerables a la escasez de agua, por lo que el ministerio quiere adjudicar rápidamente una concesión de desalinización para la Región de Coquimbo.

El 2025 debiera lanzarse una licitación y las operaciones comenzarían en 2028 o 2029. Mientras tanto, la empresa local Aguas del Valle deberá realizar obras adicionales para asegurar el suministro, afirmó López.

Las empresas mineras han sido el principal impulsor de la desalinización en Chile. Albemarle y Cramsa suscribieron un acuerdo de suministro el año pasado, que involucra la planta de US$5.000 millones Aguas Marítimas de esta última, que se encuentra en la etapa de evaluación ambiental.

El vicepresidente de asuntos externos de Albemarle, Ignacio Mehech, planteó a BNamericas en el mismo evento que la desalinización es imprescindible.

“No hay crecimiento para la industria del litio de Chile sin agua de mar”, declaró, y destacó que la planta Aguas Marítimas atenderá a múltiples clientes e incluso consumidores domésticos.

“Ese tipo de proyecto, colaborativo y multipropósito es el que creemos que hay que desarrollar. No puede ser que cada empresa tenga una planta desaladora una al lado de la otra”, añadió.

Cuando se le preguntó acerca de los planes de resolución de conflictos, Mehech comentó que la planta no es propiedad de Albemarle, pero que la minera tiene una política de alcance comunitario.

“Tenemos una serie de compromisos voluntarios como socializar proyectos antes de presentarlos a evaluación ambiental, de forma de adaptar el proyecto a las observaciones e inquietudes de la comunidad. Ese estándar te permite eliminar conflictividad más adelante en el proceso de evaluación ambiental”, concluyó.