Ceste cerca de acuerdo ambiental por proyecto hidroeléctrico

El consorcio brasileño de generación Estreito Energética ( Ceste) está negociando con CGTSE -fuerza laboral de los proyectos eléctricos del Gobierno Federal- para autorizar la construcción del proyecto hidroeléctrico de 1.087MW y 2.400mn de reales Estreito en junio del 2005, dijo a BNamericas el gerente general del grupo, Victor Paranhas. "Estamos en constante contacto con la fuerza laboral y hemos convenido con las soluciones ofrecidas", señaló. El impasse es sobre la necesidad de efectuar cinco audiencias públicas que solicita la agencia federal brasileña de protección ambiental, Ibama. Ceste sostiene que llevó a cabo las audiencias en junio del 2002 y, como las observaciones de Ibama sobre el estudio de impacto ambiental (EIA) del proyecto no indican ningún impacto ambiental nuevo, Estreito argumenta que éstas no son necesarias. "No hay respaldo legal ni técnico tras la solicitud de Ibama de realizar nuevas audiencias", sostuvo Paranhas. Ibama discrepa y el titular de licencias de la organización, Nilvo Silva, dijo a BNamericas: "Los adiciones al EIA ponen de manifiesto la necesidad de realizar audiencias públicas ya que hay cambios sustanciales". Ceste es un consorcio conformado por la generadora eléctrica Tractebel Energía y el conglomerado minero CVRD, con una participación de 30% cada uno. El fabricante estadounidense de aluminio Alcoa tiene un 19,1%, BHP Billiton, un 16,5% y la firma de ingeniería brasileña Camargo Correa, un 4,4%. El grupo se adjudicó la licencia a principios del 2002. Desde entonces, la compañía ha desembolsado 10mn de reales en el proceso de obtención de licencias, incluidas cinco audiencias públicas y una revisión del EIA. La firma pagará a la consultora ambiental CNEC otros 8mn de reales una vez que se entregue la licencia. La construcción del proyecto -situado en el río Tocantins, en el norte de Brasil- estaba programada originalmente para comenzar en mayo del 2003, pero tuvo que ser pospuesta hasta mayo del 2004 y luego, para el próximo año, indicó Paranhas. "Estamos listos para implementar el plan básico ambiental (PBA)", sostuvo. "Tenemos que empezar la construcción en la pequeña ventana que hay entre marzo y junio, que es la estación seca de la región". El PBA debe aprobarse lo antes posible y la licencia preliminar (LP) debe adjudicarse antes de diciembre para que la construcción pueda comenzar en junio, dijo. Las operaciones comerciales de Estreito ahora están programadas para comenzar en septiembre del 2008. Ceste ya tiene candidatos para contratistas y proveedores de equipamiento y está a la espera de las licencias para firmar contratos. Lo mismo se aplica para el financiamiento y el banco brasileño de desarrollo BNDES "ha estado en contacto con nosotros y ha dicho que está dispuesto a financiar un 70% del valor del proyecto, pero que no puede aprobar el crédito hasta que haya una licencia", aclaró. Ceste también se asesoró con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y con la CFI del Banco Mundial (BM). La electricidad producida por Estreito será consumida en parte por socios para suministrar fundiciones y otras operaciones de minería y metales, mientras que Tractebel -representada por Paranhas- contempla vender su parte de la electricidad en las próximas subastas para capacidad de generación futura. Estreito es una de las cerca de 20 centrales hidroeléctricas que el Gobierno Federal considera estratégicas para que el país enfrente las crecientes necesidades eléctricas de los próximos años. Para resolver los problemas de licencias en la mayoría de estas plantas, el Gobierno Federal estableció el grupo laboral especial CGTSE. Brasil necesita agregar unos 3.000MW de capacidad de generación nueva al año para satisfacer las necesidades de su creciente economía y varios informes técnicos revelan que el país podría enfrentar problemas eléctricos después del 2008, si los proyectos eléctricos se siguen retrasando.