Costa Rica extiende programas de alivio a prestatarios mientras crecen riesgos

Los programas de alivio por el COVID-19 dirigidos a prestatarios de instituciones financieras de Costa Rica podrán extenderse ahora hasta fin de año, conforme a las nuevas directrices emitidas por el regulador sectorial Conassif.

Entre las medidas extendidas hasta el 31 de diciembre de 2021, las instituciones financieras podrán continuar con sus programas de diferimiento de pagos y reestructuración de préstamos, mediante los cuales las empresas y particulares pueden evitar el deterioro de su posición crediticia adhiriendo.

Cada institución financiera podrá ofrecer discrecionalmente períodos de gracia sin pago de intereses o capital de la deuda y, de igual manera, algunos bancos podrán optar por cancelar sus programas propios.

Además, se solicitó a los bancos que aplicaran nuevamente sus políticas internas para medir la capacidad de pago de cada cliente a partir del 1 de abril de 2021.

El regulador también extendió la flexibilidad adicional para los requisitos de capital de los bancos y mantuvo la suspensión de "operaciones especiales" de las entidades participantes, lo que presumiblemente se refiere a pagos de dividendos y recompra de acciones, aunque dichas operaciones no se mencionan explícitamente en el memorando de Conassif (que puede revisar aquí).

RECÁLCULO RETRASADO

Los bancos de la región apenas están comenzando a sopesar el verdadero alcance del deterioro de activos ahora que van expirando los programas de diferimiento. Por ejemplo, los bancos mexicanos prevén un aumento en cancelaciones contables y préstamos en mora este mes, lo cual continuaría en el segundo trimestre.

El mexicano Banorte optó por  no participar en los mecanismos de reestructuración de préstamos extendidos hasta 2021 por el regulador de banca y valores, CNBV, ni tampoco aprovechó la flexibilización de requisitos de capital para contabilizar antes el deterioro de sus activos y anticipar la posibilidad de pagar de dividendos o realizar operaciones similares.

El problema, según el director sénior de instituciones financieras de Fitch Ratings, Rolando Martínez, es que estas extensiones del programa solo retrasan el inevitable ajuste de las cuentas que no sobrevivirán a la pandemia.

Los bancos no pueden conocer el deterioro real de sus activos a causa de los programas de diferimiento de préstamos, señaló Martínez a BNamericas en una reciente entrevista, donde agregó que incluso aquellos que finalizaron sus programas en diciembre no conocerían el panorama completo de calidad de activos sino hasta fines de 2021.