¿Crisis total en la banca de Centroamérica? el juego de la espera

Las consecuencias del coronavirus están afectando a los bancos en Centroamérica y República Dominicana, pero la verdadera magnitud de los efectos podrían recién palparse en los próximos meses.

Los bancos de la subregión, al igual que en el resto de América Latina, han implementado medidas de alivio crediticio que han protegido en gran medida las métricas hasta ahora.

Los escenarios en que se desenvuelven —afectados por confinamientos y las repercusiones mundiales a través del comercio, el turismo y las remesas— influirán sobre los bancos y, al ponerse fin a los planes de ayuda, quedaría en evidencia el impacto total de la crisis.

"En muchos países, estos deterioros de cartera y de la rentabilidad de la banca se verán más hacia finales de 2020 o hasta 2021", advirtió Rolando Martínez, director sénior de Fitch, durante una conferencia por internet que organizó la agencia de calificación.

Además, la pandemia llegó a Centroamérica en un momento particularmente desafortunado.

Los gobiernos ya estaban lidiando por equilibrar los libros. La menor recaudación de impuestos a causa del trastorno económico que provoca la pandemia y las mayores demandas de gasto han generado más presión. Fitch tiene una perspectiva negativa sobre cinco de seis soberanos de la subregión.

En el frente de las calificaciones de la banca, en marzo, cuando el coronavirus empezó a ganar fuerza, Fitch revisó a negativa la perspectiva de todos los sectores bancarios de la subregión, medida que ya había aplicado para el caso de Costa Rica y Panamá.

"Nuestras expectativas sobre el comportamiento de la economía, la dinámica macroeconómica y el comportamiento de las calificaciones soberanas han tenido un efecto directo en las perspectivas de las calificaciones internacionales de los bancos y en las acciones que Fitch ha tomado en los últimos cinco meses", indicó Martínez.

"El desempeño financiero de la banca finalmente estará impactado por la contracción económica de 2020, el incremento del desempleo y la prolongación de la interrupción en la actividad comercial y empresarial, entre otros [factores]", agregó.

Fitch pronostica que la subregión se contraerá 5,0% este año, lo que supone una desaceleración menor que el 9,4% que anticipa el FMI para Latinoamérica.

En medio de los nubarrones se presenta una mayor fortaleza de las reservas extranjeras, aunque los países todavía están expuestos a los shocks generados en el turismo y las remesas.