Dos grandes desafíos esperan a AMLO en caso de ganar

Cuando el principal candidato presidencial de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), comparezca frente a decenas de miles de simpatizantes el miércoles por la noche en el icónico Estadio Azteca, llevará consigo la confianza de las últimas encuestas que sugieren que la votación del domingo será una victoria aplastante.

Después de haber ofrecido una serie de promesas para erradicar la violencia y la corrupción, y finalmente sacar a millones de sus partidarios de la pobreza, también lleva consigo innumerables expectativas de que tendrá que proporcionar soluciones concretas.

Con las campañas oficiales entrando en modo de bloqueo el jueves, el evento de AMLO repleto de estrellas de rock para cerrar la campaña marca una última nota al pie en el capítulo más largo de su carrera política de 42 años, su búsqueda de la presidencia.

Después de perder en 2006 y 2012, AMLO ha dicho en repetidas ocasiones que esta sería su última carrera por la presidencia, y que se apartaría tranquilamente si volviera a fracasar. Su partidario, sin embargo, probablemente se rebelaría si perdiera el domingo, pues está bastante adelantado en las encuestas.

Dos sondeos publicados el miércoles ofrecen evidencia de esto. La encuesta de El Economista-Mitofsky mostró a AMLO con un 52% de preferencia electoral efectiva, descontando el 29% de quienes no dieron una respuesta definida en la encuesta. José Antonio Meade, del partido gobernante PRI, quedó en segundo lugar con un 22% y Ricardo Anaya (PAN-PRD), extitular del partido PAN, obtuvo el 21%.

Otra encuesta, realizada por el diario mexicano Reforma, mostró a AMLO con un 51% sobre el 27% de Anaya y el 19% de Meade, en tanto que un 17% no respondió.

Mientras AMLO va a una vuelta de victoria preelectoral, es hora de preguntarse por qué su ventaja es tan amplia.

SANGRE Y TRAICIÓN

"Mientras los mercados se preocupan por el TLCAN, la historia interna de México ha estado explotando en violencia", dijo el experto en riesgo político Ian Bremmer, fundador y presidente de Eurasia Group, en un correo electrónico a BNamericas.

En 2006, el entonces presidente Felipe Calderón (quien apenas superó a AMLO) lanzó una guerra contra los cárteles de la droga que llevó la violencia a niveles imprevistos. El actual presidente, Enrique Peña Nieto, quien derrotó a AMLO en 2012, prometió mantener la situación bajo control, solo para ver una intensificación de la violencia.

La violencia en la antesala de las elecciones es más preocupante, creando temor a otro capítulo en la larga historia de elecciones sombrías del país que milagrosamente podría llevar a Meade o Anaya a la victoria.

"Hasta ahora, ha habido más de 120 políticos asesinados en el período previo a las elecciones, por lejos la peor de todas las elecciones mexicanas registradas", agregó Bremmer.

Hubo más de 2.500 homicidios en el país solo en mayo, el peor recuento de cualquier mes desde que el gobierno comenzó a recopilar datos. "Está sucediendo en todas partes, incluso en áreas donde ha habido tranquilidad comparativa, como el centro-oeste", dijo.

El martes, el instituto electoral INE informó el robo de 11.500 papeletas de votación en el pequeño pueblo de Macuspana, en el estado natal de AMLO, Tabasco.

Bremmer enfatizó que los cárteles de la droga están ahora aumentando su influencia y buscan expandir su presión sobre los gobiernos locales. Algunas ciudades han renunciado al gobierno y esencialmente se han independizado, recortando sus propios acuerdos con cualquier interés local que pueda brindar seguridad.

"Ahora es la mayor preocupación para los votantes que acudirán a las urnas; se considera que [AMLO] es el más efectivo en sus mentes (principalmente porque es algo completamente diferente), pero no tiene un plan serio para abordarlo", agregó.

"Eso significa una gran distracción al comienzo de la presidencia de López Obrador, más gasto (y más riesgo fiscal en consecuencia) y presión al alza sobre la migración a EE.UU. Eso a su vez va a hacer que las relaciones AMLO-Trump sean aún más difíciles. No será un año fácil para México".

Igual de insidiosa, la otra fuerza impulsora detrás de AMLO es la corrupción.

"El veterano socialista Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores probablemente irrumpirán en el poder debido al fracaso del actual régimen para responder a las crecientes demandas públicas de un ataque serio contra la corrupción", dijo el banquero y filántropo internacional William Rhodes, fundador de William R. Rhodes Global Advisors, en un artículo de opinión para Reuters.

"Al igual que en Brasil, Malasia, Sudáfrica e Italia también, la corrupción se ha convertido en el tema dominante en la política y los líderes del establishment están recibiendo el impulso", sostuvo.

Rhodes agregó que bajo el sistema mexicano, las elecciones presidenciales y parlamentarias son en julio, pero el vencedor presidencial solo toma el poder en diciembre, mientras que el nuevo parlamento no toma posesión hasta septiembre.

"Eso significa que podría haber hasta seis meses de liderazgo cojo y vago en México, período que verá al país enfrentar presiones comerciales proteccionistas sin precedentes desde su vecino del norte, comenzando con EE.UU. suspendiendo las negociaciones del TLCAN", indicó.

Por lo tanto, si bien la violencia y la corrupción pueden estar a la vanguardia del discurso político local durante la compleja y prolongada transición, la política exterior necesitará una atención más inmediata.

Aunque un gran triunfo de AMLO no debiera atribuirse a Trump, los primeros indicios de acuerdo mutuo entre el gobierno saliente y el probablemente entrante sobre el TLCAN, el comercio y las relaciones con EE.UU. podrían ofrecer a ambos bandos el terreno común necesario para diseñar la mejor transición posible en un momento muy difícil en la historia de la nación.