Economía brasileña mantiene trayectoria ascendente

La economía de Brasil sigue superando las expectativas, lo que ha desencadenado numerosas revisiones al alza, aunque los analistas dudan de la probabilidad de que el escenario se replique el próximo año.

“Detrás de las constantes revisiones al alza de este año está el efecto mejor de lo esperado de la agricultura en la economía brasileña. El problema es que estos efectos positivos podrían revertirse en 2024, ya que la región está experimentando los efectos climáticos de El Niño. En Argentina, este impacto ya se percibe y podría perjudicar la cosecha de Brasil el próximo año”, dijo a BNamericas el economista Roberto Troster, de la consultora Troster & Associates.

La OCDE elevó su pronóstico de crecimiento a 3,2% frente al 1,7% proyectado en junio. Para el año que viene, la proyección subió de 0,5% a 1,7%. El cambio se aplica en medio de noticias positivas en el segmento agrícola, como una cosecha récord este año.

Mientras tanto, el Ministerio de Hacienda elevó su proyección de 2,5% a 3,2% para este año y la mantuvo en 2,3% para 2024.

"El buen resultado del segundo trimestre de este año, el aumento de la cosecha proyectada para 2023, los resultados positivos en algunos indicadores preliminares del tercer trimestre y las expectativas de una recuperación económica de China en el cuarto trimestre del año contribuyeron a subir la estimación de crecimiento", señaló el Ministerio de Hacienda en un comunicado.

El crecimiento de 2023 es políticamente relevante porque es el primer año de la administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. En 2022, bajo la presidencia de Jair Bolsonaro, la economía creció 2,9%. A principios de año, los pronósticos de expansión estaban por debajo de 1%, lo que ejerció presión sobre la administración de Lula.

"Aunque la contribución económica de la agricultura será menor el próximo año, existe la posibilidad de que se perciban efectos positivos una vez el Banco Central inicie el ciclo de reducción de las tasas de interés. Dicho esto, además de los pros y los contras, creo que es plausible un crecimiento de 2% el próximo año", indicó Troster, quien fue economista en jefe de la federación bancaria Febraban.

ECONOMÍA VERDE

El gobierno espera que la economía verde tenga un gran potencial económico, pues está atrayendo inversiones en activos y sectores de transición energética.

"En Brasil ya demostrado y volveremos a demostrar que es posible un modelo socialmente justo y ambientalmente sostenible. Estamos a la vanguardia de la transición energética, y nuestra matriz ya es una de las más limpias del mundo", indicó Lula en su discurso ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York (en la foto).

Agregó que el 87% de la matriz eléctrica de Brasil proviene de fuentes limpias y renovables. "La generación de energía solar y eólica y a biomasa, etanol y biodiésel crece año tras año. El potencial para producir hidrógeno verde es enorme", comentó.

El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, quien viajó con Lula a Nueva York, dijo en un seminario con inversores que “Brasil puede convertirse en un exportador de energía limpia vendiendo litio e hidrógeno [verde]”. Agregó que el país también puede utilizar parte de esta energía para productos verdes. 

"El amoníaco verde, generado a través del hidrógeno verde, además de ser una posibilidad para la producción de fertilizantes de forma sostenible, es capaz de reindustrializar el mercado nacional de fertilizantes y contribuir a disminuir las importaciones de fertilizantes y a equilibrar el déficit de productos químicos comerciales. Hoy en día, alrededor del 85% de los fertilizantes utilizados en Brasil son importados", dijo a BNamericas Camilla Ramos, CEO de la consultora de energías limpias Clean Energy Latin America.

Sin embargo, Ramos advirtió que la mayoría de los proyectos de hidrógeno verde no serán viables en el corto plazo.

“Estamos analizando la viabilidad económica de prácticamente todos los proyectos de hidrógeno verde anunciados en América Latina y el resto del mundo. Más de 1.000 de estas iniciativas se han dado a conocer en todo el planeta, pero apenas en un 4% se ha tomado a una decisión final de inversión”, afirmó Ramos.

INFRAESTRUCTURA

El regulador de transporte fluvial Antaq y la agencia de cooperación internacional de Alemania, GIZ, firmaron un acuerdo sobre descarbonización portuaria en el marco de un programa financiado por el Ministerio de Economía y Cambio Climático de Alemania.

En virtud del acuerdo, se analizará la preparación de la infraestructura portuaria brasileña para la recepción de buques que utilicen combustibles libres de carbono, el uso y exportación de hidrógeno verde y sus derivados y el suministro de energía de fuentes renovables a los buques atracados.

"Entenderemos cómo están preparados los puertos para recibir embarcaciones que usen combustibles menos contaminantes, si están capacitados en prácticas de descarbonización, incluida la provisión de infraestructura para embarcaciones y el establecimiento de un parque marino", dijo el director de Antaq, Eduardo Nery, en un comunicado.

"Brasil tiene un gran potencial para desarrollar proyectos en los frentes de energía eólica, hidrógeno y energía verde en general, pero este potencial no se materializará a menos que se aplique una regulación clara. Sin ella, no me es posible convencer a los accionistas para que inviertan", dijo a BNamericas Batista Rodríguez Sánchez, CEO de Ocean Winds, empresa de energía eólica marina formada por EDP Renewables y Engie.