Falta de transparencia y desastres naturales afectan sueños de energía limpia de Puerto Rico

El sector privado de Puerto Rico tiene grandes sueños para una transición hacia la energía limpia, pero el camino para cumplirlos se ha visto nublado por la realidad de los habituales cortes de energía, la quiebra de la autoridad eléctrica AEE y los desastres naturales que han destruido la red de energía de la isla.

El 7 de enero, un terremoto de magnitud 6,4 golpeó la isla y su impacto y el de las réplicas continuaron hasta febrero, lo que causó estragos en la zona sur, incluida el área alrededor de Guayanilla, donde se ubican varias plantas de energía. Puerto Rico todavía trabaja para levantarse tras el devastador huracán María que azotó la isla en septiembre de 2017.

"Este año, 2020, es un año crítico para la transformación energética de Puerto Rico", dijo Tomás Torres, director ejecutivo del Instituto de Competitividad y Economía Sostenible de Puerto Rico, en un seminario web reciente organizado por New Energy Events en antelación al tercer foro de revitalización de la red de Puerto Rico que se realizará del 24 al 25 de marzo en San Juan.

Por su parte, la AEE visualiza el avance de Puerto Rico hacia un futuro de energías renovables primero a través del uso del gas natural como combustible de transición. Luego pronostica que la generación de electricidad se descentralizará, con nuevas mejoras para hacer que la red eléctrica sea más flexible.

La AEE avanza lentamente en esa dirección y planea presentar una convocatoria para generación móvil, por ejemplo. Sus objetivos más amplios están contenidos en un plan de recursos integrados (PRI) que establece cómo se proporcionará energía durante los próximos 20 años.

Además, la AEE cuenta con poderosos aliados en su intento por lograr una red más límpia y resiliente.

"Existe una oportunidad para que la experiencia, tanto de nuestro departamento como de laboratorios nacionales, ayude a apoyar estos esfuerzos", dijo la asesora principal del Departamento de Energía de Estados Unidos, Jennifer Decesaro.

"Desde principios hasta mediados de 2018, el departamento ha realizado una buena cantidad de trabajo de modelado y análisis para ayudar a evaluar las posibles soluciones de recuperación que se están analizando", afirmó.

DESCONFIANZA HACIA LA AEE

Pero los fabricantes de Puerto Rico están cada vez más hartos de la AEE, tanto por la frecuencia de los apagones como por la falta de transparencia de la empresa pública.

"Los principales fabricantes de Puerto Rico tienen la opción de mudarse a otra ubicación con mejor estabilidad y costos de energía", aseveró Carlos Rodríguez, presidente ejecutivo de la Asociación de Fabricantes de Puerto Rico (PRMA). "La estabilidad energética es mucho más importante y necesaria que los costos. Para ser competitivos se necesitan ambos", añadió.

Estos desafíos podrían dar lugar a una tendencia hacia la autogeneración. "Ya tenemos algunos miembros que van por esa ruta", indicó Rodríguez. Sin embargo, en general, una simple reubicación podría parecer una opción más fácil.

Esa frustración con la estabilidad del suministro eléctrico se ve agravada por el escandaloso pasado de la AEE, que ahora amenaza con reducir los esfuerzos de recuperación.

"Sin transparencia habrá muy pocos fondos que cubran nuestras necesidades", manifestó Rodríguez. Los fondos de recuperación de la agencia estadounidense FEMA están condicionados a la transparencia.

QUIEBRA

En última instancia, el PRI debe colocar a Puerto Rico en el camino hacia un suministro de electricidad sostenible que sea asequible, idealmente generado a partir de energías renovables, y la asequibilidad es aún más complicada para una empresa en medio de procedimientos de quiebra.

La apuesta de la AEE para salir del entuerto que la afecta  desde 2017 implica un impopular acuerdo de apoyo a la reestructuración que, entre otras medidas, aumentaría significativamente las elevadas tarifas de electricidad del territorio.

El convenio elevaría las tarifas a US$0,26kWh frente a aproximadamente US$0,21/kWh en diciembre y seguiría aumentando en los próximos 40 años, según el Instituto de Análisis Económico y Financiero de la Energía de EE. UU.

Para incrementar la incertidumbre, la audiencia sobre el acuerdo se postergó hasta junio, mismo mes en que finaliza la sesión legislativa de Puerto Rico.

"Si la legislación no se aprueba para implementar el acuerdo, entonces simplemente no funciona", advirtió Carlos Fernández, director de la práctica de derecho ambiental en McConnel Valdéz. "Creo que [la AEE] están echando un segundo vistazo para ver si hay otras posibilidades de revisar el acuerdo. Si estas leyes no se revisan o modifican, no veo un camino a seguir".