Innergex solicita luz verde para proyecto de pasada de US$420mn en Chile

El productor canadiense de energías renovables Innergex presentó a evaluación ambiental en Chile un proyecto hidroeléctrico de US$420 millones.

El estudio de impacto ambiental, entregado por la unidad Inversiones San Carlos, contempla la construcción de una central de pasada de 154MW en el río Biobío, en la región homónima.

Según la documentación recibida por el Servicio de Evaluación Ambiental, la central eléctrica San Carlos contaría con tres turbogeneradores compuestos por turbinas de tipo Kaplan y se conectaría a la red nacional a través de una línea de alta tensión de 0,65km.

La construcción de San Carlos partirá a principios de 2024. La planta entrará en servicio en el primer semestre de 2028 y en fase de cierre en 2079.

La central tendría tres modos de operación: normal, ante crecidas menores y ante crecidas mayores.

En función de investigaciones en la cuenca del río Biobío, el cambio climático generaría una tendencia a la baja de las precipitaciones, un aumento de la evaporación y una disminución del caudal medio. Para el período 2071-2100 se prevé una reducción del caudal medio anual en la cuenca de 19-28%, de acuerdo con un informe hídrico presentado con la solicitud.

Al describir los objetivos del proyecto, Inversiones San Carlos citó el compromiso de Chile de retirar algunas termoeléctricas y la necesidad de soluciones que mitiguen la intermitencia de la generación eólica y eléctrica, tecnologías que desempeñarían un papel central en el reemplazo de capacidad termoeléctrica que se dejará de generar.

Tal como están las cosas, Chile tiene programado retirar por completo las centrales a carbón para 2040. Sin embargo, se debate la posibilidad de adelantar la fecha a 2030. Hay un proyecto de ley en el Congreso que exige detener la generación con combustibles fósiles en la red para ese año.

Tomando en cuenta tanto las plantas en operación como las que están en fase de prueba, la capacidad instalada de Chile llega a 32GW: alrededor de un 42% de termoeléctricas, un 37% de energías renovables no convencionales y un 21% de grandes hidroeléctricas.

Una sequía de más de una década, que ha reducido la producción de energía hidroeléctrica; la campaña de retiro de generación a carbón y las condiciones del mercado internacional de combustibles están conspirando contra el parque de generación eléctrica del país.