Inversionistas buscan soluciones integradas de GNL en Latinoamérica

Las soluciones integradas están surgiendo como el foco de los inversionistas de GNL en América Latina, ya que las principales empresas están comenzando a mirar a la región para aumentar su presencia.

Durante un seminario web realizado el martes, Kenna Bravo, especialista de GNL Global, dijo que las inversiones para desarrollos tanto con unidades flotantes de regasificación y almacenamiento como con centrales termoeléctricas a gas, por ejemplo, parecen atractivas.

"La mejor manera de optimizar las inversiones es desarrollar algo más que una terminal de regasificación, por ejemplo, para que esto pueda reducir significativamente el costo general de las inversiones", según la experta.

El comercio de GNL se ha concentrado históricamente en el mercado asiático, pero América Latina y el Caribe ahora corresponden al tercer mercado más grande. Bravo cree que la región tiene más espacio para la generación de energía a gas y proyectos de GNL a energía, y presenta oportunidades para asociaciones.

Brasil se consolidará como el principal importador en la región. El país también tiene el proyecto de GNL más grande, la planta de 1,5GW Porto de Sergipe.

Otros grandes proyectos en desarrollo en la región incluyen los planes de la empresa estatal argentina YPF para construir una terminal de licuefacción de US$5.000mn para las exportaciones de gas natural, lo que le daría al país acceso a grandes importadores globales. Además, Bolivia exportará GNL a través de puertos argentinos e invertirá más de US$200mn en las terminales de regasificación de Bahía Blanca y Escobar.

Chile aprobó en 2019 la terminal de GNL Penco Lirquén de US$165mn, y Colombia dio luz verde a la terminal de GNL Pacífico de US$300mn. Este año, Ecuador lanzará una licitación para gestores por una central de ciclo combinado de 500MW.

Bravo cree que los principales desafíos de inversión se relacionan con el apoyo del gobierno, en forma de regulaciones sólidas, y las dificultades para adquirir financiamiento. El riesgo político y la falta de infraestructura también son un desafío, ya que muchos países tienen una infraestructura interna de gas limitada.

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