Los planes de México para expandir su red de gas natural

El regulador mexicano de energía, CRE, ratificó el plan quinquenal del país para desarrollar la red de gasoductos Sistrangás, revisado cada año por la Secretaría de Energía (Sener).

El plan incluye los detalles de ocho importantes iniciativas de expansión en todo México, varias de ellas con entrada en funcionamiento programada para este año. Sin embargo, la eléctrica estatal CFE no ha logrado avances considerables para adjudicarlos.

Además de los tres proyectos más grandes, que se describen a continuación, el plan incluye la construcción de dos estaciones de compresión, un aumento de capacidad para la interconexión de Montegrande y una serie de modificaciones y mejoras a la infraestructura de redes.

CAVERNAS SALINAS

Una de las mejoras más significativas a la red vendría con un proyecto para acondicionar varias cavernas de sal cerca de la ciudad portuaria de Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz. Estas se convertirían en instalaciones de almacenamiento de gas natural. El proyecto ayudaría a compensar posibles interrupciones de suministro en las plantas de procesamiento de gas de la petrolera nacional Pemex en la región sureste, que incluyen tres unidades cerca de Villahermosa y Reforma, próximas a la frontera entre los estados de Chiapas y Tabasco.

Según la Sener, el proyecto fue concebido tras considerar que entre 70% y 80% del consumo total de gas natural de México es importado, lo que fácilmente podría poner en peligro el acceso al combustible si los proveedores (principalmente EE.UU. a través de gasoductos) enfrentan problemas.

Según el plan, el proyecto debiera entrar en operación entre 2022 y 2023, pero CFE aún no ha lanzado un proceso de licitación pública por el contrato de construcción. La Sener estimó el gasto de capital entre US$318 millones y US$481 millones.

GASODUCTO JALTIPÁN-SALINA CRUZ

Si bien las autoridades energéticas y el presidente Andrés Manuel López Obrador han señalado que están avanzando con el gasoducto de 247km que conectaría el puerto de Salina Cruz, en el estado de Oaxaca, con Jáltipan, en el estado de Veracruz, el proyecto aún debe asignarse a un contratista.

Componente clave del corredor transístmico impulsado por el mandatario —para conectar el golfo de México con el océano Pacífico a través del istmo de Tehuantepec mediante conexiones de gas, ferrocarril y carreteras—, la nueva línea debería abastecer a la refinería Salina Cruz de Pemex y alimentar la que el gobierno espera se convierta una base industrial en crecimiento en el sureste de México.

Sin embargo, dos proyectos clave originalmente vinculados al gasoducto —una nueva planta de cogeneración planificada por la rama de refinación de Pemex, Transformación Industrial, y una nueva unidad de licuefacción a cargo de Enermex— siguen entrampados en el limbo.

Las obras de construcción debieran comenzar este año, según la base de datos de BNamericas.

GASODUCTO PROSPERIDAD

Con 355km de trazado, el ducto Prosperidad comenzará en la localidad de Ixtepec, en el estado de Oaxaca, y se extenderá hasta empalmar con Jáltipan-Salina. Atravesará el estado de Chiapas y terminará en la localidad de Tapachula, en la frontera con Guatemala y cerca de la ciudad portuaria de Puerto Chiapas.

Según el operador mexicano de la red de gasoductos, Cenagás, el proyecto podría ser desarrollado por un actor privado, aunque aún no se determina el mecanismo específico.

La línea podría transportar hasta 145 millones de pies cúbicos diarios (Mpc/d), pero también se está evaluando una versión más pequeña con una capacidad de 94Mpc/d. El inicio de operaciones dependerá de la construcción del gasoducto Jáltipan-Salina Cruz.