México necesita con urgencia política de electromovilidad para mantener liderazgo automotor

México requiere de una política integral de promoción de la electromovilidad para mantener la posición de liderazgo regional y global que ostenta actualmente su industria automotriz y cumplir con los compromisos internacionales contra el cambio climático, reveló un estudio encargado por la asociación industrial AMIA.

La investigación, denominada “Recomendaciones para la política nacional de electromovilidad”, estuvo a cargo de la consultora Frost & Sullivan y aporta una serie de recomendaciones para una política integral que, en una estrategia conjunta con el gobierno, contemple incentivos a la producción y al consumo, el desarrollo de infraestructura de carga y disponibilidad de energías limpias suficientes y asequibles.

“El desarrollo de la electromovilidad tiene distintas etapas que requieren acciones coordinadas, con un marco regulatorio que cuente con esquema robusto de promoción e incentivos que permita a las empresas invertir en nuevas plantas de producción o en la reconversión y expansión de las actuales, y de condiciones de infraestructura de la mano de energías limpias y renovables”, dijo el CEO de AMIA, José Zozaya,  en la presentación del estudio. 

De acuerdo con Frost & Sullivan —con base en la información reportada por Inegi más las ventas de empresas como Zacua y Tesla que no se reportan—, el mercado de vehículos eléctricos mexicano pasó de 8.265 unidades en 2016 a un estimado de 52.906 unidades en 2022.

Si México implementa una política integral hacia la electromovilidad, la participación de vehículos eléctricos e híbridos en las ventas totales de vehículos podría aumentar del 5,1% que promedia en 2023 a 38,9% en 2030, cuando se comercializarán unas 645.325 unidades que usan tecnologías más amigables con el ambiente, señaló la consultora. 

Sin una política, el estudio proyecta que para 2030 las ventas de vehículos híbridos y eléctricos alcanzarán 316.856 unidades, lo que representaría una penetración de 19,1% del total de ventas de vehículos en México.

“Es claro el impacto que una política puede tener y la necesidad imperante de que se adopte a la brevedad. Para lograr estos objetivos, se necesita actuar de inmediato, no solo para aumentar la penetración [de los vehículos híbridos y eléctricos], sino para que México pueda mantener el liderazgo en la manufactura global”, señaló Lorena Isla, directora de consultoría para América Latina de Frost & Sullivan. 

Actualmente, el país ocupa el séptimo lugar entre los fabricantes mundiales de automóviles y el cuarto lugar en exportaciones, según la AMIA, que considera que una política integral como la propuesta podría convertir a México en el principal hub de la manufactura automotriz en Latinoamérica.

“Hay países que están adoptando planes más agresivos, y si México no empieza, en los próximos 3-4 años puede ser demasiado tarde”, agregó Isla y advirtió que, dado que 2024 será electoral, existe un riesgo de que haya un rezago y no se pueda implementar desde el próximo año, sino con la nueva administración. 

Los mexicanos acudirán a las urnas en junio del año que viene para elegir al presidente, gobernadores estatales y legisladores, mientras que el nuevo gobierno tomará posesión en octubre.

Para la consultora, lo ideal es que la estrategia surja de la oficina de la Presidencia o del Gobierno federal, para que todas las entidades involucradas puedan estar alineadas con base en los objetivos fijados. 

METAS

El estudio que también fue compartido con actores clave del gobierno y legisladores, concluyó que, “de no haber una política y estrategia para la promoción de vehículos eléctricos, que incluya un esquema de incentivos que afecte directamente el precio de los vehículos, difícilmente se lograrán alcanzar las metas de reducción de emisiones y los compromisos internacionales adquiridos por el Gobierno mexicano”.

En noviembre de 2022, el gobierno firmó un nuevo compromiso en la Cumbre Climática realizada en Egipto (COP 27), donde se comprometió a reducir las emisiones hasta un 35% para 2030, y a convertirse en un país neutral en carbono para 2050. 

Previamente, el país había firmado el Pacto de Glasgow (resultado de la COP 26 realizada en Reino Unido en 2021), que considera un compromiso de aceleración en la adopción de la electromovilidad: que el 100% de las ventas de vehículos de pasajeros sean cero emisiones a 2040. 

Y en conjunto con el gobierno de Estados Unidos, se fijó la meta intermedia de lograr que el 50% de las ventas de este tipo de vehículos sean cero emisiones a 2030.

El sector de transporte es responsable de alrededor del 25% del total de emisiones de carbono en México, por lo que la transición a la electromovilidad se convierte en una alternativa viable y eficiente para reducir las emisiones de CO2 del sector, según Frost & Sullivan. 

El estudio proyecta que la incorporación de vehículos híbridos y eléctricos en el parque vehicular nacional tendrá como resultado que se dejen de emitir 15,8 millones de toneladas (Mt) de CO2 entre el período 2016–2030, considerando una penetración bajo un escenario de crecimiento natural del mercado. 

“Si se introdujera una política nacional que incluya un esquema de incentivos, el ahorro en emisiones de CO2 pudiera alcanzar 26,2Mt. Esto significa un incremento de 65,8%, o 10,4Mt de CO2 adicionales [de ahorro]”, calculó Frost & Sullivan. 

“Si se considera que el compromiso de México en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional actualizadas requiere una reducción de alrededor de 281Mt de CO2, una política integral de promoción de vehículos híbridos y eléctricos ligeros puede contribuir con aproximadamente el 9,3% del compromiso total de México en materia de reducción de emisiones de CO2”, agregó el estudio.