México planea nacionalizar activos de Iberdrola pagando US$5.940mn

México quiere nacionalizar los activos de la empresa española de generación Iberdrola y para ello planea pagar US$5.940 millones por 13 centrales eléctricas.

El acuerdo, pendiente de posibles modificaciones, fue anunciado el martes por el presidente Andrés Manuel López Obrador; el titular de la estatal CFE, Manuel Bartlett; el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O; y los principales ejecutivos de Iberdrola.

El objetivo de la transacción es posicionar a CFE como propietaria de más del 50% de la generación eléctrica en México, meta a largo plazo que también se persiguió a través de una fallida reforma constitucional el año pasado. Con la nueva capacidad, la compañía generaría el 55% de la energía eléctrica del país, frente al 39% actual.

También contará con una huella mucho más grande en la zona noreste, donde generará el 45% de la energía total en lugar del 7%. Dado el plan de la empresa estatal para expandir la capacidad de generación, y la restricción del gobierno de la expansión de la capacidad privada, las autoridades esperan que CFE produzca el 65% de la energía eléctrica de México para fines de 2024.

Iberdrola opera actualmente 17 plantas de ciclo combinado y cogeneración en México, 7 parques eólicos y 3 solares, según su sitio web, con una capacidad total de 11GW, con plantas de gas natural que constituyen la mayor parte de la capacidad. No se reveló la cartera completa de plantas incluidas en el acuerdo de compra.

“Esto significa el rescate definitivo de una empresa pública fundamental para garantizar el abasto permanente de energía eléctrica, atender la demanda creciente de energía”, dijo AMLO durante el anuncio. "También es una nueva nacionalización de la industria eléctrica", añadió.

La medida marca un logro histórico. El gobierno ha tratado durante años de aumentar la participación y el control de CFE sobre el mercado nacional de energía eléctrica, con diversos grados de éxito.

También es una victoria contra Iberdrola, a la que AMLO convirtió en un símbolo de lo que llamó el período neoliberal, durante el cual la infraestructura eléctrica clave la desarrollaron actores privados. El mandatario ha criticado a la empresa durante años y ha implementado medidas regulatorias poco ortodoxas para evitar que Iberdrola desarrolle y opere sus proyectos mexicanos.

El control de CFE sobre el sector eléctrico garantizará que los precios al usuario final no aumenten, agregó AMLO, al menos durante su mandato, que finaliza en septiembre de 2024. Los precios al usuario final permanecen congelados desde que asumió el cargo en 2018.

Para evitar sobrecargar tanto el presupuesto federal como CFE, el gobierno decidió que la transacción se hará a través del fondo de infraestructura Fonadin, dijo Ramírez de la O.

"Es probable que [Fonadin] aporte la mayoría del capital de esta transacción, y será el vehículo especial para refinanciar la operación", dijo. La compra “no va a agregar a la deuda pública presupuestal de México, porque el Fonadin está fuera del balance público y porque es un vehículo capaz de salir al mercado para refinanciar esta transacción”, explicó.

Las partes tienen como objetivo finalizar el acuerdo dentro de cinco meses.

El presidente ejecutivo de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, dijo que su empresa había escuchado el llamado del presidente a la negociación directa.

“Hemos entendido la política energética de su gobierno y esto nos ha llevado para buscar una situación buena para el pueblo de México y que cumpla con los intereses de nuestros accionistas”, afirmó Galán.