México y Brasil: Contrastes en el desarrollo de las energías renovables

Los dos mercados de energía solar más grandes de América Latina presentan grandes contrastes, principalmente por la percepción de hostilidad del Gobierno mexicano hacia proyectos privados de energías renovables.

"Momentáneamente, algunas compañías pueden decidir posponer los planes de inversión en caso de que la situación se deteriore, pero no creo que esto sea una tendencia a largo plazo", dijo en un seminario web el martes Pietro Ferreira, analista regional de la asociación comercial del Reino Unido Energy Industries Council, sobre las energías renovables en México.

Desde mayo, una serie de cambios emitidos por los reguladores mexicanos ha generado dudas sobre las pruebas en los parques eólicos y solares de desarrollo en etapa tardía, aumentado las tarifas a los proveedores y enfatizado que la energía debería sesgarse hacia una generación más "confiable" de la eléctrica estatal, CFE.

Las demandas de las compañías de energías renovables y los grupos empresariales han impedido que muchos de los cambios en las reglas entren en vigor, pero aún persisten las dudas sobre la seguridad de las inversiones en energías renovables.

INTERCONEXIÓN Y OBTENCIÓN DE PERMISOS EN MÉXICO

Camilo Serrano, titular de Atlas Renewables en México, mencionó problemas con la interconexión, así como también para permitir el lanzamiento de proyectos en México.

"México necesita invertir mucho en su infraestructura de interconexión, y en este momento, lo que hace el gobierno cuando solicita un permiso de interconexión generalmente también es pedirle refuerzos de la red que no están relacionados con su proyecto", afirmó Serrano.

El cambio de la carga de las mejoras a la red a las empresas a veces hace que los proyectos sean inviables, agregó.

Además, “la obtención de permisos toma tiempo; el gobierno le está dando prioridad a sus propios proyectos", según Serrano, y agregó que en lugar de los habituales 3-6 meses necesarios para obtener un permiso en el pasado, las empresas ahora podrían tener que esperar hasta un año.

Desde que asumió el cargo en diciembre de 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha expresado cada vez más la necesidad de reforzar la CFE como la principal compañía eléctrica de México. Ese esfuerzo ha involucrado una serie de cambios regulatorios para darle a la empresa la ventaja sobre las generadoras privadas de energía.

"Algunos de los cambios que el gobierno está tratando de introducir son bastante estructurales, como las reglas de despacho, quieren dar prioridad al despacho térmico cuando se trata de la empresa estatal", manifestó Serrano.

"Este es un gran cambio, en lugar de tener el menor costo de envío, como solía ser el caso", puntualizó.

CONTRASTE CON BRASIL

Por su parte, el mercado solar más grande de la región ha enfrentado sus propios reveses. Debido a la crisis del COVID-19, Brasil postergó indefinidamente dos subastas de energía.

Muchas compañías de energías renovables también han expresado dudas sobre los activos e ingresos que están denominados en reales.

Pero cuando se trata del gobierno, se destaca la aparente hostilidad de México hacia las empresas privadas, en particular con las firmas de energías renovables.

Serrano indicó que México estaba "tratando de terminar" con los autogeneradores del país, que hasta 2020 había permitido a los compradores privados beneficiarse de la inversión en proyectos renovables.

En junio, la filial de intermediación de la CFE aumentó los costos en los contratos de autoabastecimiento heredados, es decir, los que se firmaron antes de la reforma energética 2013-2014, en un 400%-800%.

En Brasil están haciendo lo contrario, de acuerdo con Serrano al promover el autoconsumo o el autoabastecimiento donde el comprador privado está invirtiendo en grandes proyectos para beneficiarse de la energía.

"La historia en Brasil es de alguna manera diferente a la de México en el sentido de que el gobierno está tratando de fomentar el crecimiento de los proyectos solares. En México, los fundamentos están ahí, pero el gobierno no está muy interesado en incentivar a los privados inversión para proyectos renovables", planteó el ejecutivo.