Radiografía al proyecto de cobre y molibdeno Quebrada Blanca II de Teck

El proyecto chileno Quebrada Blanca II (QB2), en manos de Teck Resources, está en vías de iniciar sus operaciones este mes, con el objetivo de revertir sus bajas de producción de cobre y molibdeno. 

A los US$7.750 millones destinados para la construcción de QB2, la compañía canadiense sumará este año US$1.475 millones a un proyecto de expansión en el molino de Quebrada Blanca, en la norteña Región de Tarapacá. La declaración de impacto ambiental fue presentada al Servicio de Evaluación Ambiental en enero e implica una inversión inicial de US$3.000 millones.

La nueva línea de proceso permitirá que la concentradora aumente en 50% su capacidad, como parte clave de las obras complementarias, comunicó Teck en su informe anual, publicado el 16 de marzo.

Teck prevé una producción cuprífera anual de 285.000-315.000t y de molibdeno, de 10 millones a 14 millones de molibdeno (Mlb) en el período 2024-2026. La proyección para este año es de 150.000-180.000t y 4,5-6,8Mlb.

La nueva producción a través de la expansión en el área de molienda se espera para 2026 y, mientras tanto, Teck seguirá avanzando en sus actividades de perforaciones geotécnicas para evaluar nuevas oportunidades con los recursos existentes en Quebrada Blanca, añadió el informe. 

La producción de cátodos de cobre en Quebrada Blanca tuvo una disminución de 1.900t el año pasado a 9.600t, en cuyo declive influyó el cese de la extracción en 2018. La producción de cátodos finalizaría este año.

En tanto, la producción de concentrados de cobre en Carmen de Andacollo, en la Región de Coquimbo, se redujo en cerca de 5.000t llegando a 38.600t en 2022 y la de cátodos disminuyó en 400t a 900t.

En ambas faenas impactaron los precios más bajos del cobre, el alza de los costos operativos y las menores ventas, comunicó Teck.

En el 4T22, Teck completó una planta desalinizadora de 1.000l/s en el sector de Punta Patache, a 60km de Iquique, que abastecerá agua desalada a todos los procesos de QB2. 

Y con el objetivo de reducir emisiones, la minera selló un acuerdo con AES Corporation para operar solo con energías renovables a partir de 2025. Le permitirá evitar cerca de 1,6 millones de toneladas de emisiones anuales de gases de efecto invernadero por año. 

Quebrada QB2 tendrá una vida útil de 28 años y potencial para nuevas expansiones.