Régimen fiscal global propuesto por el G7 afectaría primero al Caribe

Territorios del Caribe con regímenes fiscales especiales se están preparando para enfrentar la tasa mínima global de impuesto a las empresas de 15% propuesta a principios de este mes por las naciones del G7, según abogados del bufete Parris Whittaker, con sede en Freeport.

"Los que sentirían el primer pinchazo de esta nueva ola de políticas probablemente serán los territorios de ultramar del Caribe, desafortunadamente", señalaron los socios Jacy Whittaker y A. Kenra Parris-Whittaker en un análisis jurídico del impacto de la propuesta del G7 con respecto a las islas, "en particular Islas Vírgenes Británicas [BVI] e Islas Caimán, que hicieron todo lo posible para establecer legítimamente un entorno legal bastante sofisticado con apoyo del gobierno de Reino Unido".

Las jurisdicciones tributarias del Caribe han sido objeto de amplias revisiones en los últimos años con la llegada de la lista de territorios en incumplimiento de la UE, el Grupo de Acción Financiera Internacional del G7 contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo y la norma de información común actualizada CRS de la OCDE, entre otros hitos.

Varias jurisdicciones, incluidas Bahamas y Trinidad y Tobago, han luchado por mantenerse fuera de las listas negras y grises, evitar su designación como paraísos fiscales ilegales y, al mismo tiempo, combatir la salida de actividad financiera institucional con la eliminación de riesgos en medio de cuestionamientos sobre su marco impositivo.

La última medida llega con el acuerdo de “objetivos del Pilar Uno y el Pilar Dos”, firmado a principios de este mes en la reunión de ministros de Hacienda y gobernadores de bancos centrales del G7, que establece que todas las empresas multinacionales pagarán una tasa impositiva mínima de 15% donde estén operando.

Como explica Parris Whittaker, el Pilar Uno se enfoca en enmendar el nexo y las reglas de asignación de utilidades para que los grupos multinacionales que operan digitalmente paguen impuestos en las jurisdicciones donde estén sus clientes, mientras que el Pilar Dos apunta a establecer una tasa impositiva mínima global para las empresas, herramienta cuyos partidarios ven como medio para detener antes que se profundice la carrera para ofrecer los menores impuestos posibles a las empresas digitales.

Las reglas de asignación de utilidades acordadas por el G7 se aplicarían a empresas globales con un margen de beneficio de al menos 10%, lo que permitiría a los países gravar las utilidades con hasta un 20%.

Sin embargo, agregan los abogados, “El Pilar Dos es un regalo inagotable”, ya que también contiene un mecanismo de fiscalización.

“Este arsenal se activará para las jurisdicciones que decidan no adherir al acuerdo de tasa mínima de impuestos”, señalan los socios del estudio jurídico. Bajo las reglas del Pilar Dos, se presionaría a esos países para que cumplan con el impuesto corporativo mínimo o contribuyan a través de los ingresos directos de las empresas que registren domicilio o sede en estas jurisdicciones y que actualmente obtengan utilidades en ellas.

Se espera que el plan reciba el respaldo de los líderes financieros del G20 en un acuerdo que se materializaría el 9 o 10 de julio, luego de las conversaciones de la próxima semana, según un borrador del comunicado al que accedió Reuters.

“Respaldamos los elementos centrales de los dos pilares sobre la reasignación de utilidades de las empresas multinacionales y el impuesto mínimo global, como se establece en la declaración publicada por el Marco Inclusivo del G20/OCDE sobre Erosión de la Base y el Traslado de Beneficios (BEPS)”, señalaba el borrador del G20 de cara a las conversaciones de la próxima semana, según Reuters.

Con la propuesta avanzando, los líderes de la región ya han comenzado a pronunciarse en contra del plan y la semana pasada el saliente secretario general de la Caricom, Irwin LaRocque, manifestó que el G7 y las principales potencias están presionando continuamente para imponer nuevos estándares internacionales de gobernanza tributaria con escasa consideración por las naciones en desarrollo.

“Siguen moviendo la cerca cuando les conviene... en su fase de desarrollo, funciona bastante bien”, indicó LaRocque. “Ahora que han alcanzado cierto nivel, nos dicen: 'bueno, debes seguirnos y no hacer lo que hicimos antes nosotros'”.

“Es un problema real”, planteó LaRocque, en conversación con el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, en el programa semanal One on One, que conduce este último. "[Aquí] es donde importa la voz conjunta de los países de Caricom".

"Somos importantes", agregó, "nuestra fuerza combinada es mayor que la suma de los estados miembros por sí solos".

Una reciente declaración del Ministerio de Hacienda de Bahamas tuvo un tono similar al plantear que "reafirma su derecho soberano a determinar la estructura tributaria más adecuada para el desarrollo sostenido del país", a la luz de la propuesta de dos pilares.

Parris y Whittaker añadieron que, además de las Islas Vírgenes Británicas y las Islas Caimán, “Bahamas no está tan lejos y lo más probable es que se vea obligada a implementar un régimen de 'impuestos bajos' y no de 'exenciones’ para alinearse con otras naciones de la Caricom a fin de eludir su inclusión en las listas negras de la OCDE".

"Sin embargo, otras naciones autónomas de la región que ofrecen servicios financieros extraterritoriales tampoco quedarían inmunes por tiempo indefinido, ya que se prevé que debieran seguir el ejemplo en poco tiempo", agregaron.

En definitiva, los abogados explicaron que cada jurisdicción individual tendrá que contemplar cómo alinear sus actuales regímenes fiscales territoriales y extraterritoriales "para adherir intrínsecamente al enfoque actual de la OCDE y el G20".