Riesgos asociados a COVID-19 acechan a mercado energético

Los proyectos de energía de América Latina han capeado medianamente bien la tormenta del COVID-19, pero los riesgos abundan.

En medio de las rebajas aplicadas en otros sectores, la agencia de calificación Fitch hasta ahora solo ha tomado medidas limitadas respecto de proyectos energéticos en la región.

"Históricamente, los proyectos de infraestructura energética en América Latina han demostrado ser un tipo de activos estable y resistente para los inversionistas, que presentan principalmente ingresos contratados, mitigan el riesgo de precio y volumen, y una fuerte liquidez disponible para compensar la escasez temporal de flujo de efectivo", dijo en una transmisión web Gregory Remec, director sénior para financiamiento de proyectos de energía en América de Fitch.

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Fitch califica más de 230 proyectos del sector energético a nivel mundial, principalmente de energía, con alrededor la mitad correspondiente a América Latina, principalmente Brasil.

La cartera abarca iniciativas de generación termoeléctrica y renovable, líneas de transmisión, ductos de combustible e instalaciones industriales asociadas.

Nuevos riesgos encienden las alarmas de los analistas, quienes monitorean de cerca la crisis de salud y su impacto.

"La pandemia de coronavirus presenta nuevas inquietudes que eran inimaginables hace solo seis meses", afirmó Remec durante la transmisión web, que se centró en Brasil, México y Chile.

"La historia tendrá muchos capítulos y la mayoría de estos aún no se escribe".

Los riesgos descritos incluyen acciones gubernamentales y regulatorias –como medidas para posponer el pago de las cuentas de servicios públicos residenciales– la débil demanda, interrupciones de la cadena de suministro, disponibilidad de mano de obra para proyectos en construcción, el tipo cambiario y los aspectos legales, como cláusulas de fuerza mayor, que ya se están viendo.

Otro riesgo es la posible rebajas de calificaciones de la contraparte.

"Aunque limitadas hasta ahora, esperamos que las rebajas de notas de contrapartes impulsen más acciones de calificación en el futuro a medida que se entienda mejor el impacto eventual de los cierres económicos", indicó Remec.

En América Latina, las medidas de distanciamiento social han excluido los llamados servicios esenciales, como la electricidad.

BRASIL

El sector eléctrico del mercado regional más grande enfrenta desafíos. Una es la caída del consumo y en los precios spot, combinada con el incremento en las tasas de morosidad del pago de cuentas.

Los presionados actores de la industria, incluidas las distribuidoras, han declarado fuerza mayor, indicó Adriane Silva, directora de infraestructura global y financiamiento de proyectos para Latinoamérica de Fitch.

Sin embargo, Brasilia probablemente brindaría asistencia si fuera necesario, aseveró.

"Positivamente, el sector eléctrico en Brasil presenta una flexibilidad financiera superior al promedio e históricamente ha recibido un tratamiento de apoyo del gobierno en escenarios con riesgo sistémico", explicó Silva.

"Fitch cree que el gobierno brasileño respaldará nuevamente al sector, durante el escenario actual, y ya ha anunciado algunas medidas de apoyo", añadió.

Los proyectos de energía calificados por Fitch en Brasil tienen un riesgo limitado de divisas, ya que los costos y la deuda se encuentran principalmente en moneda local.

La agencia espera interrupciones directas menores a partir de las medidas de distanciamiento social impuestas en Brasil y los problemas de la cadena de suministro, para lo cual citó la ubicación rural de los proyectos de energía y la importancia para sus respectivas economías locales.