Scotiabank sube proyección de PIB peruano

Scotiabank subió su proyección del PIB peruano de 2,5% a 2,8% para 2025 debido a los aportes del megapuerto de Chancay, proyectos de infraestructura destrabados a lo largo de 2023 y 2024 y una menor tasa de interés e inflación.  

En un informe, el banco canadiense señaló que, si bien el factor político seguirá siendo una constante, los posibles riesgos o situaciones de desestabilización se trasladarán a 2026, año de elecciones presidenciales.  

“El crecimiento de 2,8% que proyectamos para el 2025 es más orgánico, pero tampoco es vigoroso. De alguna manera, el crecimiento se parece bastante al del periodo 2014-2019, pero está lejos de los registros del periodo 2004 a 2013, cuando se crecía casi consistentemente por encima de 5,0%”, dijo el banco en su reporte.  

La entidad reconoce que el país puede crecer a tasas mayores a 6% dado que las condiciones macroeconómicas son favorables, al igual que los precios de los metales. Sin embargo, la incertidumbre política ha limitado el crecimiento. Cuando dicho factor no solía tener tanto protagonismo, como entre 2007 y 2013, la inversión privada crecía a tasas de doble dígito.

Periodo	PIB	Inversión privada
2024E-2025E	2,9%	2,6%
2014-2019	3,0%	-1,6%
2007-2013	6,6%	18,0%

Fuente: Scotiabank

“La incertidumbre que afecta al inversionista —y crecientemente al consumidor— no es solamente política. Existe un elemento relativamente nuevo […]: la creciente economía ilegal en el país, y la inseguridad que afecta tanto a la ciudadana como a los negocios. Ambos fenómenos están en expansión y representan un riesgo creciente para el bienestar ciudadano y el crecimiento económico.”, añadió el banco.  

El crecimiento de 2025 será más homogéneo y dependerá de la inversión pública para revertir un escenario de recesión económica. Scotiabank proyecta un incremento de la inversión pública de 3,5% para 2025 y de 11% para este año. La inversión privada subirá 3,3% en 2025. 

Las inversiones mineras debieran aumentar en 5,4% durante 2025. La tasa está por encima del promedio y se explica por una menor frecuencia de protestas sociales, el apoyo del gobierno a proyectos de alto perfil como Tía María y una aceleración en la entrega de permisos ambientales.