Sequía abre forado en los bolsillos de Argentina

La sequía está causando estragos en las finanzas públicas de Argentina debido a sus efectos en sus principales exportaciones agrícolas, en particular el lucrativo comercio de soja.

En términos interanuales, los ingresos públicos cayeron 8,3% a 1,6 billones de pesos (US$7.600 millones) en febrero, principalmente debido a la contracción de 73% en los ingresos por exportaciones, que alcanzaron apenas 52.093 millones de pesos. En enero, los despachos al exterior llegaron a 94.980 millones de pesos, según una investigación del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), con sede en Buenos Aires.

En tanto, el gasto público se contrajo 3,7% en la comparación interanual a 1,8 billones de pesos el mes pasado gracias a reducciones en los subsidios, las pensiones, los beneficios sociales y las transferencias a los gobiernos provinciales.

Esto dejó al Gobierno Federal con un déficit de 228.000 millones de pesos en febrero, el segundo déficit mensual consecutivo y superior al esperado, según CEPA.

IMPLICACIONES A LARGO PLAZO

En 2022, la soja representó el 28,1% de las exportaciones totales de Argentina, según la oficina de estadísticas Indec, y este año se proyecta que la cosecha será baja por la sequía, que tendrá efectos generalizados en los ingresos del país en divisas.

En condiciones climáticas normales, la cosecha de soja de 2022-23 debía generar alrededor de US$26.300 millones (48Mt), pero ahora se estima que solo entrarán US$17.400 millones (31,8Mt), según un estudio de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

Esto representaría una pérdida equivalente al 1,8% del PIB proyectado para este año y de 10,7% del total de exportaciones estimadas, lo que superará las pérdidas provocadas por sequías anteriores, como las de 2008-2009 y 2018-2019.

“El shock generará un escenario adverso en términos de divisas para el mercado cambiario”, consigna el estudio.

En cuanto a ingresos públicos, los impuestos a la exportación de la cosecha de soja rondarían los US$4.200 millones en las condiciones actuales, unos US$2.600 millones menos que lo esperado para un año normal.

“La sequía no afectara directamente el pago de deuda del año corriente, pero podría generar un descalce de fondos en los años siguientes, donde los montos anuales de pago de deuda se cuadriplican”, advierte el informe.

Argentina enfrenta US$2.100 millones en pagos e intereses por sus obligaciones de deuda externa este año.

Las autoridades argentinas también culpan a la sequía por la elevada inflación, que alcanzó el 100% en términos anuales el mes pasado. El Gobierno Federal lanzó un programa de asistencia económica para los agricultores afectados por la falta de precipitaciones, además de buscar financiamiento relacionado con la falta de agua entre entidades multilaterales.