Brasil puede consolidarse como uno de los principales centros de energía solar

Por Ramon Nuche, director general de AESolar para América Latina

Brasil ha ganado prominencia en el escenario mundial de la energía solar en los últimos años gracias a su crecimiento significativo. Esto se debe tanto a su geografía, que favorece la implementación de esta tecnología, como a la adhesión de la sociedad y a los incentivos gubernamentales. En 2023, el país alcanzó un hito en la expansión de la energía fotovoltaica, añadiendo 3GW a su matriz energética. Entre enero y agosto del mismo año, la capacidad instalada de la matriz eléctrica fue de 7GW, de los cuales 6,2GW provinieron de fuentes solares y eólicas. 

Hasta ahora en 2024, la producción de energía fotovoltaica ya ha superado los 38GW  de capacidad instalada en el país, lo que representa casi el 17% de la matriz eléctrica nacional. Según datos de la asociación Absolar, se integrarán 9,4GW más a la red, resultando en un total de 45,5GW en operación hasta finales de año. Esto evidencia el progreso de Brasil en la transición hacia una matriz energética más limpia y sostenible, consolidándose como uno de los principales centros de energía solar del mundo. 

Este progreso ha contado con el apoyo fundamental del gobierno, que ha desempeñado un papel importante estimulando la expansión de la energía solar en el país a través de políticas públicas favorables y subastas de energía. Además, la reducción del precio de los equipos fotovoltaicos y la disminución de las tasas de interés han creado un ambiente propicio para el mercado en general. Según Absolar, la fuente renovable de matriz solar podría generar más de 300.000 nuevos empleos en el país y las nuevas inversiones en el sector podrían superar la marca de 50.000 millones de reales. 

Actualmente, la energía fotovoltaica se emplea en varias áreas de Brasil, como en la agricultura, el comercio, la industria y los sectores automotor y residencial. Las aplicaciones de los paneles solares, que transforman los rayos solares en energía, son muy variadas, desde instalaciones tradicionales en techos hasta plantaciones o lagos, conocidos como plantas flotantes. 

Se prevé que nuevas tecnologías —ya disponibles en países europeos— llegarán en breve a Brasil, permitiendo un mejor aprovechamiento de la geografía local y una aplicación flexible o doble. Los paneles solares de instalación vertical, por ejemplo, están diseñados para parcelas de cultivo, sirviendo como cercas generadoras de energía, lo que potenciará aún más el uso de espacios rurales. 

Todo esto se ha reflejado y ha allanado el camino para un futuro brillante en el sector fotovoltaico brasileño. Hasta 2030, la capacidad instalada de energía solar en el país aumentaría a 28GW, lo que representará alrededor del 11% de la matriz eléctrica nacional, según la empresa de investigación energética EPE. Brasil es uno de los países que se han destacado como líder global en la adopción de la energía fotovoltaica y, con inversiones continuas y políticas favorables, además de la aparición de tecnologías avanzadas para el sector, el futuro de la energía solar en el país será sin duda será muy prometedor. 

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