Cinco razones para invertir en la minería de Ecuador

Por Rebeca Illescas

Viceministra de Minería y ministra de Minería de Ecuador entre 2017 y 2018. Consultora de empresas y gobierno en la gestión eficiente de los recursos naturales en Ecuador.

Potencial Geológico. Ecuador es el país menos explorado de la región, tan solo el 10% del país, de acuerdo con datos del Ministerio de Energía y Minas del año 2021. El país es parte de la cordillera de los Andes, por lo que existen ocho áreas identificadas que, por sus características geológicas, mineralógicas y estructurales, tienen un alto potencial minero. Ecuador cuenta con al menos cinco proyectos que se perfilan como yacimientos de clase mundial. Uno de ellos es el proyecto Cascabel, uno de los mayores descubrimientos mundiales de cobre de la última década y que se espera que para 2028 entre en operación. Adicionalmente, cuenta con cuatro proyectos de inversión en fase de exploración inicial. 

Crecimiento sostenido de exportaciones, inversiones e importancia en la economía del país. El Banco Central de Ecuador indicó que, en 2021, el sector de minería exportó US$2.092 millones con 697.000t de productos mineros, convirtiéndose en el cuarto producto de exportación para Ecuador y representando el 5,70% de las exportaciones totales del país. Y los minerales fueron los bienes que más empujaron al alza las exportaciones no tradicionales de Ecuador en el primer trimestre de 2022. Se calcula que las exportaciones de los 12 principales proyectos mineros del país tendrían un valor presente de US$176.396 millones hasta el fin de su vida útil en 2052. En 2020, con una inversión de US$568 millones, la minería es la actividad económica que más capital extranjero atrajo con 48% de la inversión extranjera directa, en medio del contexto pandémico. En tanto, en los próximos cuatro años, el empleo formal directo creado por la minería se incrementaría en más de 215.000 plazas en relación con 2020, cerrando el 2024 con 270.180 plazas. A partir de 2027, el sector minero generaría más de 500.00 plazas formales de empleo entre directo e indirecto. El elevado potencial de expansión minera podría transformar a este sector, en un mediano plazo, en un motor de crecimiento económico a través de los encadenamientos productivos vía el consumo intermedio al resto de industrias y la generación de empleos directos e indirectos.

Demanda mundial de minerales para la transición energética. Según un informe elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), de aquí a 2040 se cuadruplicará la demanda de minerales, como el cobre, dedicados a la construcción de tecnologías de energías limpias. Los planes mundiales de descarbonización requerirán una importante capacidad minera adicional para permitir el crecimiento en los vehículos eléctricos, el almacenamiento de energía y la transmisión de electricidad (entre US$0,7 billones para 3°C + y US$1 billón para 2°C). China, el mayor consumidor mundial de la mayoría de los metales, está dispuesta a realizar una importante inversión en su transición energética hacia la neutralidad de carbono para 2060, ocupando una posición dominante a nivel mundial en la producción de baterías de iones de litio, módulos solares y turbinas eólicas, así como en sus cadenas de suministro asociadas. Lo mismo ocurre con la Unión Europea, que buscaría en el mediano plazo dejar la dependencia energética que tiene con Rusia, debido al conflicto con Ucrania. Al mismo tiempo, el desarrollo de proyectos prometidos en el mundo no responde de manera suficiente al aumento de la demanda de minerales. La falta de desarrollo de proyectos se manifestará en una escasez estructural y en una fuerte subida de precios a partir de finales de la década. En la actualidad, el repunte de los precios de los metales (el oro y el cobre se ubican en máximos históricos que igualan a los de 2012-2013) debido al impacto de la pandemia y ahora a la crisis en Ucrania (el precio del cobre creció 34% en marzo de 2022 si se compara con enero de 2021) establece claras condiciones favorables para la búsqueda de mercados con alto potencial de exploración minera como Ecuador.

Carga fiscal competitiva, acceso a factores productivos y cadena de valor auxiliar. Entre 2014 y 2016 se aprobaron importantes reformas e incentivos que han tenido un impacto significativo en la economía de los proyectos mineros, entre ellos, contratos de estabilidad tributaria, estandarización del tratamiento de las inversiones históricas para el ajuste soberano [Nota del editor: fórmula ajustable incorporada a contratos de proyectos para garantizar que los beneficios del Estado sean mayores que aquellos de la compañía operadora], simplificaciones del impuesto a los ingresos extraordinarios, etc. Los cambios implementados han permitido a Ecuador reducir su carga fiscal hasta el rango competitivo de la región. De acuerdo con el informe del Índice Fraser correspondiente a 2021, la puntuación de Ecuador creció un 26% comparado con 2020, lo que lo convierte en uno de los países más atractivos para los inversionistas del sector minero al ubicarse en el puesto 24 de 84 jurisdicciones mineras, con una puntuación de 72,79 sobre 100 frente a los 57,95 que alcanzó en 2020. El país representa bajos costos de inversión para la explotación por condiciones geológicas de los minerales (excelentes grados metalúrgicos y alta concentración mineral por tonelada). Al mismo tiempo, el Plan Maestro de Electricidad, con la construcción de 8 hidroeléctricas en los pasados 15 años, ha hecho de Ecuador un exportador de energía limpia y a bajo costo (US$5,8/kWh) en comparativa con Perú y Colombia, lo que mejora las condiciones de competitividad para la inversión en proyectos mineros.

La decisión política de impulsar una minería responsable. La minería se ha convertido en un sector estratégico para el desarrollo estatal desde la gestión política en recientes años. El Estado identificó 5 proyectos de gran escala catalogados como estratégicos, mientras que los proyectos de segunda generación tienen importantes avances. Se otorgaron 275 nuevas áreas hasta 2018 para exploración y más de 28 nuevas empresas internacionales se han domiciliado en Ecuador en los últimos seis años. A partir de mayo de 2021, el presidente Guillermo Lasso ha establecido las bases para desarrollar una nueva política minera en el Decreto Ejecutivo 151, buscando potenciar una minería responsable y eficiente que garantice la seguridad jurídica necesaria para el desarrollo de mayores inversiones en este sector. El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Energía y Minas, impulsa el fortalecimiento institucional, la estabilidad tributaria, jurídica y administrativa y su adhesión a la Iniciativa de Transparencia para las Industrias Extractivas (EITI), lo cual proyecta a Ecuador como un país minero atractivo para los inversionistas.

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