Los personajes que marcaron a la región en 2016

Sin ningún orden particular, a continuación presento los personajes que a mi juicio sobresalieron en América Latina durante 2016.

Juan Manuel Santos: en noviembre el presidente de Colombia logró poner fin al conflicto más extenso con un grupo guerrillero de la región. No fue sencillo. En octubre la ciudadanía rechazó el acuerdo de paz propuesto con las FARC. En un año más bien extraño para los nobeles, Santos recibió el Premio Nobel de la Paz pocos días después. Sin dejarse vencer, presentó un nuevo acuerdo de paz —esta vez sin referendo de por medio— antes de que el año terminara. El tiempo dirá si Santos —y Bob Dylan por cierto— merecía el premio. Mi opinión es que sí.

Nicolás Maduro: la inflación es tan alta en Venezuela que los billetes en circulación prácticamente no tienen ningún valor. Los productos básicos y los suministros médicos escasean, hay saqueos y disturbios en forma periódica, la economía está colapsando, pero, en vez de reconocer la necesidad de cambio, el presidente Nicolás Maduro ha hecho todo lo posible para continuar con la "revolución bolivariana", que cumple ya 17 años, incluso meter a sus oponentes a la cárcel y atribuir la catástrofe a enemigos foráneos.

Michael Phelps, Usain Bolt, Neymar y Juan Martín del Potro: los Juegos Olímpicos llegaron a Brasil y tanto Phelps como Bolt encendieron Río de Janeiro con sus brillantes actuaciones. Para Neymar fue particularmente emocionante ganar el único torneo que le faltaba a la selección nacional de fútbol de Brasil. A pesar de que se considera una competencia de segundo nivel, la medalla de oro ayudó al país sudamericano a aliviar el recuerdo de la aplastante derrota sufrida ante Alemania en el Mundial de Fútbol dos años antes y olvidarse por un momento de la recesión, los crecientes escándalos de corrupción y, sobre todo, la destitución de su presidenta. También durante los Juegos Olímpicos, el argentino Juan Martín del Potro, recuperado de una lesión a la muñeca que casi terminó con su carrera, sorprendió a Novak Djokovic y ganó la medalla de plata. Meses más tarde, la llamada "torre de Tandil" llevó a su país a adjudicarse la primera victoria en la Copa Davis.

Máximo Pacheco: Chile tuvo un año decepcionante en gobernanza y asuntos económicos, con excepción del sector energético. Hace apenas cinco años, el sistema energético chileno era anticuado, poco competitivo, lento y costoso. Hoy en día, los precios son altamente competitivos y la energía verde está en auge. Se está produciendo una auténtica revolución energética que habría sido imposible sin el liderazgo de Pacheco. Si bien el ministro renunció en octubre, hizo bien su trabajo, y sus esfuerzos serán imitados por varios en la región. Argentina, con el nuevo ministro de Energía, Juan José Aranguren, y el presidente Mauricio Macri, ha mostrado ya su disposición a seguir el ejemplo.

Pedro Pablo Kuczynski: PPK ganó la elección presidencial en Perú por apenas 40.000 votos de 18 millones de sufragios emitidos. Nacido y criado en la amazonía peruana, PPK tiene una historia fascinante que representa muy bien la imagen de Perú como la estrella de los mercados emergentes. Ha anunciado un masivo plan de infraestructura, está trabajando para mejorar las relaciones entre las comunidades y los proyectos de minería y energía, está atrayendo nuevas inversiones chinas y presionando por nuevos acuerdos comerciales multilaterales, y es bien considerado en la escena internacional. Por segundo año consecutivo, su país superará a todas las demás grandes economías de la región y crecerá cerca de 4%.

Fidel Castro: al final de un año que fue testigo del continuo descenso de la marea rosa latinoamericana, de la paz entre su isla y su archienemigo EE.UU. y del colapso de Venezuela, su aliado ideológico más cercano, Fidel Castro murió. Aunque el mundo no era probablemente lo que él habría imaginado después de su revolución de 1959, vivió una vida ilustre y nadie en América Latina podría sentirse al margen de sus ideas.

Barack Obama: puede que EE.UU. no haya estado preparado para alguien como él, pero muchos en América Latina extrañarán la elocuencia y el encanto del saliente presidente Obama. Como inteligente estudiante de Historia, Obama sabía que los grandes problemas de nuestros tiempos —como el cambio climático, la migración masiva y la desigualdad— eran amenazas de naturaleza global. Él vio a nuestra especie como una sola, fue un optimista, un pensador, un puente entre las personas. Respaldó la cercanía de las relaciones entre hemisferios ("Todos somos Americanos"). Sabía que nuestros destinos estaban entrelazados. (En medio de la polémica de los últimos meses por el muro fronterizo, es fácil olvidar que entre 2009 y 2014 fueron más los expatriados mexicanos que regresaron a su país de origen que aquellos que migraron a EE.UU.). En América Latina, será especialmente recordado por ayudar a coordinar el deshielo con Cuba y por entregar una inspirada marca estadounidense de liderazgo global basada en la tolerancia y el respeto al Estado de derecho, que bien podría ser ahora un anacronismo.