Así impulsa la reforma fiscal brasileña la demanda de software y TI

La reforma fiscal de Brasil no solo afectará la forma en que las compañías, individuos y estados pagan y recaudan sus impuestos, sino también cómo las empresas de software y las consultoras abordan las nuevas reglas y ayudan a sus clientes a adaptarse al nuevo régimen simplificado.

En términos generales, la reforma supondrá la sustitución de cinco impuestos por dos: el IBS, un impuesto estatal y municipal, y el CBS, un impuesto federal. Los cambios entrarán en plena vigencia tras un período de transición que comienza en 2026 y termina en 2033, y durante el cual ambos sistemas coexistirán.

Aún quedan algunas normas por definir, como las tasas del IBS y del CBS, algunos regímenes de exención fiscal y el llamado impuesto especial, que se creará para los productos considerados nocivos para la salud y el medio ambiente.

Las consultoras de negocios, los integradores y las empresas de software observan un aumento en las interacciones con las corporaciones relacionadas con los cambios.

Sonda, uno de los mayores integradores de TI de América Latina, creó a principios de este año un grupo interno para abordar el tema.

“Hemos visto un aumento en la demanda de proyectos tributarios en general”, dijo a BNamericas el gerente de productos impositivos de Sonda Brasil, Leandro Risseto.

Según el ejecutivo, las soluciones de Sonda se están preparando para las nuevas reglas tributarias. El crecimiento de la demanda de los clientes, señaló, también está relacionado con la definición de los planes de inversión y los presupuestos de las empresas para 2025.

En los últimos cuatro meses, Sonda ha organizado dos grandes foros sobre el tema de la reforma fiscal, que reunieron a más de 500 clientes y empleados. Durante estos eventos, las mayores interacciones y preocupaciones provinieron de usuarios de los sectores industriales, farmacéutico, de telecomunicaciones, energético y de petróleo y gas.

“Sin embargo, en varias reuniones, otros segmentos nos han consultado sobre el tema, como saneamiento, muebles, minería y servicios”, afirmó.

Sonda planea realizar sesiones enfocadas con cada sector, a partir de noviembre, para discutir las especificidades fiscales.

La empresa también creó un simulador que utiliza datos de los clientes para comparar el modelo tributario actual con el que crea la revisión.

“Este simulador cubre tanto el impuesto IBS como el CBS, con configuraciones que permiten a nuestros clientes ejercitar diferentes escenarios de forma sencilla y ágil para comenzar a entender el impacto de la reforma en sus operaciones”, explicó.

Risseto indicó que la falta de ciertas definiciones, especialmente respecto a las nuevas tarifas y el método de recaudación de impuestos conocido como pago fraccionado, son obstáculos.

Este método divide automáticamente el pago de una transacción en dos partes: el monto que va al vendedor y el monto de impuestos correspondiente que se transfiere al gobierno.

DEFINICIONES PENDIENTES

“Con la poca regulación que hay, existe la expectativa de que una parte sustancial del trabajo la realizarán los proveedores de servicios de soluciones tributarias”, comentó a BNamericas el socio del área tributaria de PwC, Carlos Pedral.

Pedral aseveró que prácticamente todos los principales clientes de PwC están preocupados por los cambios necesarios para implementar la reforma centrada en el consumo.

En su opinión, las empresas deberían aprovechar este momento para mapear y tomar una “instantánea” de sus sistemas actuales en uso, las integraciones entre ellos y los respectivos ecosistemas por donde pasa su información fiscal.

Las empresas se están moviendo para comprender, mapear y planificar “su papel en esta ecuación”, dijo Pedral.

“Cuanto mayor sea el volumen de personalizaciones, mayor será el trabajo que tendrán las empresas en implementar la reforma del impuesto al consumo”, agregó.

Un informe reciente de Thomson Reuters concluyó que las preocupaciones más citadas entre los profesionales de los departamentos de impuestos corporativos sobre los planes de reforma son la sobrecarga de trabajo y el aumento de los costos para aprender y adaptar sus actuales sistemas de gestión fiscal a las nuevas reglas durante el período de transición.

Según el estudio, las expectativas de los profesionales tributarios en torno a sus sistemas de gestión convergen en dos capacidades principales: mayor automatización y precisión en los cálculos de impuestos actualizados, generación de obligaciones auxiliares y evaluación de impuestos; y agilidad en la implementación de nuevos SPED (sistema público brasileño de contabilidad digital) y documentos tributarios electrónicos.

ACTUALIZACIONES

SAP, la empresa de software corporativo más grande del mundo, está trabajando con clientes y socios integradores para abordar los próximos cambios legislativos y adaptar sus soluciones de software fiscal a las nuevas reglas.

El gerente de asesoría de soluciones de SAP Brasil, Franklin Bruno, dijo a BNamericas que SAP está estructurando el tema con sus clientes en tres frentes: cálculo de impuestos, cuestiones auxiliares y facturas.

SAP ya realiza el cálculo de impuestos como parte de sus soluciones de planificación de recursos empresariales (ERP). El ejecutivo señaló que ha habido otros cambios tributarios en Brasil durante los últimos años, aunque no de la misma magnitud, lo que llevó a la empresa a actualizar sus modelos.

En particular, respecto a la reforma fiscal, SAP ve similitudes con los regímenes fiscales de Francia y Canadá y por eso la idea es utilizar los sistemas que operan en esos países como base para las compañías en Brasil.

El ejecutivo también recomienda a los clientes actualizar su entorno SAP a S/4HANA, la última versión del software de la compañía. Esta cumplirá con las nuevas normas tributarias y está en la nube. SAP efectúa la actualización sin costo para el cliente.

Contractualmente, SAP debe seguir proporcionando actualizaciones y servicios para versiones anteriores de sus principales soluciones ERP, como ECC, pero solo hasta 2027. Por el contrario, S/4 tiene términos contractuales vigentes hasta 2034.

Según Bruno, algunas firmas se están preparando para los cambios más rápidamente que otras, en especial, aquellas con operaciones en diferentes estados y en los sectores industriales.

"Las actualizaciones deben estar listas antes de la reforma. La puesta en marcha debe ser antes del 31 de diciembre de 2025. De lo contrario, las empresas pueden tener dificultades", advirtió.