Bajo la lupa: Pemex en el ojo del huracán

El subgobernador del Banco Central de México, Jonathan Heath, intervino en el debate sobre la estabilidad financiera de la petrolera estatal Pemex al comentar a los medios locales que las medidas recién adoptadas para respaldar las finanzas de la estatal son insuficientes y hacen necesarios cambios estructurales.

Las declaraciones de Heath surgen en momentos en que Pemex y su enorme deuda de casi US$106.000mn demuestran ser el talón de Aquiles para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pues la caída de la producción de crudo y sus obligaciones financieras dejan al gobierno en una encrucijada, en la que demasiado apoyo a la empresa estatal puede socavar la calificación soberana de México y muy poco afectaría las calificaciones corporativas.

En febrero, Fitch Ratings indicó que Pemex demandaría una inversión anual adicional de entre US$12.000mn y US$17.000mn para frenar el desplome productivo y mantener las reservas, lo que deja en claro la insuficiencia del paquete de ayuda de US$5.200mn dispuesto por el gobierno.

En tanto, Standard & Poor's redujo la calificación soberana de México el 1 de marzo, entre otras razones, por la "probabilidad casi segura" de que la empresa reciba apoyo extraordinario del gobierno. La reducción de la calificación soberana hizo a su vez que la calificación de Pemex fuera rebajada el 4 de marzo. El informe señala que la deuda externa de Pemex y la eléctrica estatal CFE equivale al 10% del PIB mexicano.

Detrás de las cifras hay dudas sobre diversas decisiones de política de AMLO. La cancelación de las recientes rondas de licenciamiento programadas para febrero generó la impresión de que la carga de revertir la producción mexicana de hidrocarburos a mediano y largo plazo recaerá directamente en las inversiones de Pemex en exploración y producción, en lugar de compartirse con los operadores privados.

Una segunda decisión controvertida en inversión pública es la construcción de una refinería en Dos Bocas, estado de Tabasco, a un costo de US$8.600mn. Voces en la industria plantean que la prioridad debiera estar en la exploración y la producción en lugar de los menores márgenes que ofrece la refinación.

Todo esto se da en medio de un pronunciado declive de producción de Pemex estos últimos meses, con volúmenes cercanos a 1,80 millones de barriles (Mb/d) en septiembre de 2018 y a 1,62Mb/d en enero de 2019. De acuerdo con la programación presupuestaria de la Secretaría de Hacienda (SHCP), Pemex debía generar ingresos del orden de 30.100mn de pesos (US$1.550mn) para el gobierno durante enero, pero por el contrario sufrió una pérdida de 2.200mn de pesos.

El gobierno tiene sus esperanzas depositadas en 20 campos nuevos en los que Pemex entraría rápidamente en producción para frenar la merma. Esta estrategia se configura porque las medidas de austeridad del gobierno se tradujeron a reducciones de salarios y beneficios, en particular para la gerencia media de la petrolera nacional.

La opción de lanzar una OPI para financiar las inversiones de Pemex, planteada en el gobierno anterior, parece ahora altamente improbable en el clima político actual.

Mientras tanto, AMLO ha entrado en una dinámica cada vez más antagónica con las agencias calificadoras y acusa que adoptaron una visión de Pemex relativamente benigna durante el gobierno de Enrique Peña Nieto y las administraciones anteriores, cuando se sentaron las bases de la actual crisis de la empresa.

Agrega que el país "está siendo castigado por la política neoliberal que se aplicó en los últimos 36 años, que fue un fracaso rotundo, especialmente en los últimos años y, para ser más precisos, en el último año, cuando no tuvimos nada que ver con el gobierno".

Mientras tanto, Pemex asegura que la producción podría estabilizarse en torno a 1,77Mb/d a fines de 2019 y comenzar a repuntar nuevamente en 2020. Las proyecciones del gobierno anterior para la producción petrolera y gasífera demostraron estar muy alejadas de la realidad. Con Pemex en el ojo del huracán y luchando con todo para detener la caída de la producción, AMLO espera que las estimaciones de su gobierno sean algo más precisas. De no ser así, se vendrían tiempos más difíciles.