Combustibles alternativos: proyecto pionero de dimetiléter busca compradores en Chile

Un pionero proyecto piloto de combustibles sustentables en Chile está en busca de compradores para su producción, según información que obtuvo BNamericas.

Denominado Power-to-Medme, el proyecto es diseñado por la unidad chilena de la institución alemana de investigación aplicada Fraunhofer y pasará a la fase final de decisión de inversión en 2025.

Al frente de un consorcio, la unidad chilena de la empresa alemana de gases industriales Linde —que cuenta con US$15 millones en respaldo financiero ya asignado por Berlín— construiría la iniciativa valorada en aproximadamente US$90 millones que, a partir de hidrógeno verde y dióxido de carbono capturado, produciría metanol y 5.000t/a del derivado dimetiléter (DME).

Con propiedades de manipulación similares a las del GLP, el DME, eficiente portador de energía y combustible, puede emplearse como sustituto convencional del GLP, con modificaciones relativamente menores en las aplicaciones finales. El DME, entre otros usos, se ha empleado en EE.UU. y Asia para abastecer camiones pesados y calderas.

Dependiendo de los planes finales del proyecto, la planta de producción contemplada para la Región de Antofagasta podría construirse en la central de concentración solar de 110 MW Cerro Dominador y utilizar su energía.

El dióxido de carbono se capturaría durante el proceso de producción de la cementera Cementos Bío Bío, también integrante del consorcio. La distribuidora de gas natural Lipigás es el tercer miembro.

Con el proyecto en fase de estudios avanzados, ahora la atención está en conseguir compradores, dijo a BNamericas el director de nuevas tecnologías de Fraunhofer Chile, Marco Vaccarezza, quien agregó que proyectos piloto como este son vitales para romper la inercia inicial y generar confianza, conocimiento y capacidades locales, condiciones esenciales para una posterior ampliación.

Vaccarezza agrega: “Ese es el desafío que enfrentamos, además de otros como los permisos y la regulación. Pero sin demanda, todo lo demás pasa a ser secundario. Hay interés, estamos en varias conversaciones y reuniones, pero no hay nada en firme todavía para ubicar la producción, conseguir un comprador final para estas 5.000t [anuales] de dimetiléter”.

Como están las cosas, el objetivo es tomar una decisión final de inversión en 2025 y tener la producción en marcha en 2027 o 2028.

El problema de encontrar compradores es similar a la que enfrentan otros desarrolladores en el mundo, dado que en un principio el hidrógeno verde y sus derivados tendrán difícil competir en precio con los combustibles fósiles que, a nivel mundial, atraen billones de dólares en subsidios cada año.

Vaccarezza agregó que en Chile se requiere hacer un gran esfuerzo —menciona como ejemplo las tarifas de alimentación iniciales que ayudaron al sector solar fotovoltaico a ganar tracción— para liberar el potencial del hidrógeno verde.

“Con la energía solar es más simple, la cadena de valor es más compleja en el hidrógeno, pero si no hay push ni incentivos fuertes, a esta industria le costará partir”, afirmó en referencia a la potencial fórmula de los contratos por diferencia para ayudar a cerrar la brecha de precios en las primeras fases.

Los potenciales compradores de Power-to-MEDME son empresas mineras, que podrían utilizar el combustible mezclado con GLP o diésel o bien puro. El energético ayudaría a reducir las emisiones de sus flotas de vehículos a diésel sin necesidad de realizar grandes modificaciones, lo que a su vez aliviaría la demanda de inversión de los usuarios. Además, el DME podría utilizarse en grandes calderas para generar calor de procesos en industrias como la minería y la agroindustria.

Mientras tanto, haciéndose eco de los comentarios realizados por representantes europeos de financistas del hidrógeno, Vaccarezza indicó que plantas de demostración como Power-to-MEDME eran fundamentales para construir la economía del hidrógeno.

“Creemos que es fundamental desarrollar pilotaje industrial. La tecnología en rigor no es nueva… la novedad está en que ahora este hidrógeno puede ser parte de otros sistemas energéticos”, afirmó.

Power-to-MEDME contempla la construcción de una planta de electrolizadores de 12MW, capaz de producir 5.000t/a de dimetiléter (el equivalente a 3.500t/a de GLP). Tendrá potencial para multiplicar por diez la producción y la capacidad de los electrolizadores a casi 200MW, lo que reducirá a su vez los costos unitarios.

Durante el proceso, el agua extraída del metanol, un producto intermedio, se reciclaría y se volvería a introducir a los electrolizadores, lo que ayudará a aliviar la demanda de agua en una región árida.

Otros componentes del proyecto son una unidad de captura de carbono en la planta cementera.

En Chile, que debe importar casi la totalidad de los hidrocarburos que consume, hay en planificación plantas a escala industrial de amoniaco verde y gasolina sintética.

En materia de pilotaje, en la Región de Magallanes se construyó la planta de demostración Haru Oni, que produce gasolina sintética y es el más grande de varios proyectos piloto que operan en el país.