Crece cartera mexicana de hidrógeno verde mientras Senado define reglas comunes

El Senado de México dio un primer paso para establecer un conjunto de reglas comunes para el incipiente mercado local del hidrógeno verde.

La comisión de energía del órgano legislativo inició el martes una serie de reuniones orientadas a elaborar un marco regulatorio a través de la colaboración con la agrupación gremial de hidrógeno AMH2.

La iniciativa es encabezada por la senadora Xóchitl Gálvez, del partido PAN, notoria defensora de las reformas energéticas de 2014 y crítica de las políticas sectoriales del actual gobierno.

Durante un foro sobre hidrógeno verde, la legisladora llamó a definir las bases para actuar en el ámbito del hidrógeno. Propuso trabajar con la comisión de energía para incorporar lo que se necesite en la ley y con la Secretaría de Economía para avanzar en el área normativa lo antes posible.

México se ha quedado rezagado respecto de otros países de la región, como Chile y Brasil, en la regulación y apoyo a la industria del hidrógeno verde, y otras naciones latinoamericanas ya han elaborado planes nacionales y otros instrumentos de política. En México, el desarrollo ha estado encabezado por la eléctrica estatal CFE y la petrolera nacional Pemex, que se han comprometido a desarrollar proyectos piloto de hidrógeno verde.

De hecho, el gobierno contempla una industria de hidrógeno verde liderada por una nueva filial especializada de CFE, según Israel Hurtado, presidente de AMH2, citado por el diario Reforma.

Hasta el momento, la estrategia de desarrollo de CFE se ha centrado en los estados de Baja California y Sonora, donde ya tiene capacidad renovable instalada. La eléctrica estatal ha señalado que ingresará al espacio del hidrógeno verde a través de proyectos vinculados al parque solar Puerto Peñasco, planta de US$1.000 millones que se construye en Sonora, y la central solar Cerro Prieto, que inició operaciones en 2012 cerca de Mexicali, en Baja California.

Mientras tanto, Pemex incluyó el uso del hidrógeno verde en sus refinerías en su último plan quinquenal de negocios, aunque no dio a conocer detalles más específicos.

Por su parte, Hurtado planteó la inconveniencia de limitar la participación del sector privado en este ámbito, pues ya existen empresas privadas que producen hidrógeno gris y abastecen a la industria. Además, dio la bienvenida a la competencia si la creación de un ente público se considera viable.

La manzana de la discordia con respecto al desarrollo privado del hidrógeno verde es que implicaría la construcción de grandes generadores eólicos y solares también privados, algo a lo que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto trabas. Estas plantas podrían incluso instalarse fuera de la red mexicana de transmisión para garantizar una ubicación óptima, opción que ha provocado la oposición directa del gobierno en el pasado.

No obstante, en México hay varios proyectos privados en etapa temprana de desarrollo. El más grande que se anunciará al público se encuentra en el estado de Durango, donde la empresa holandesa de fertilizantes Tarafert tiene intención de construir una gran planta de producción de amoníaco, urea e hidrógeno verdes.

El proyecto consta de dos instalaciones, Tarafert-1 y -2, que producirán 500.000t anuales de amoníaco verde y 1 millón de toneladas anuales de urea verde con un parque solar de 1GW, cuya primera producción está prevista para 2026.

Todavía falta conocer detalles de otros proyectos. La empresa española H2V2 reveló que está desarrollando una planta de hidrógeno para una gran empresa industrial en una ubicación reservada, mientras que Sener México señaló a Forbes el año pasado que pretendía construir plantas productoras de hidrógeno verde a pequeña escala de capacidad inferior a 2,5MW.

La agrupación comercial H2 México aseguró además que otra empresa española está desarrollando en el estado de Guanajuato un proyecto piloto que mezclaría hidrógeno con gas natural para reducir las emisiones de carbono.