El escenario energético que viene para el próximo gobierno de Uruguay

El nuevo gobierno de Uruguay tomará las riendas de una cartera orientada a la descarbonización y a la seguridad energética.

Reducir la exposición a los hidrocarburos importados y construir una industria exportadora de combustibles sostenibles es política de Estado y no debiera haber grandes desviaciones de ese camino.

En materia de energías renovables, el presidente electo Yamandú Orsi dijo este año: “No abandonar jamás, jamás, la senda del desarrollo de las energías renovables, más bien revitalizarla, profundizarla, no parar nunca”.

Sin embargo, existen interrogantes en torno al papel del Estado en áreas como el control que mantendrá de la eléctrica estatal UTE, en particular en el ámbito del abastecimiento a grandes compradores.

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El año pasado, se modificaron las normas del mercado mayorista eléctrico para reconocer una parte de la capacidad firme de los parques eólicos y solares, lo que abrió la puerta a acuerdos de compra de energía (PPA) entre actores privados. Se firmó un PPA solar pionero y los proyectos han entrado en fase de revisión ambiental.

Sin embargo, el límite de capacidad de entrada al mercado no regulado se elevó de 200kW a solo 1.500kW, lo que limita el acceso de los potenciales participantes a los grandes consumidores industriales.

El ganador de las elecciones, el centroizquierdista OrsI, asumirá la presidencia de manos de Luis Lacalle Pou, de centroderecha, en marzo.

PETRÓLEO Y GAS

Los siete bloques de exploración marina de Uruguay tienen contratos activos.

Entre los recientes proyectos, la empresa upstream Challenger Energy, con sede en Isla de Man, señaló que podría iniciar un levantamiento sísmico 3D el próximo semestre en el área OFF-1 y que un proceso de búsqueda de socios para su segunda licencia uruguaya, OFF-3, podría comenzar a mediados de 2025.

Se han reportado trazas de petróleo y gas frente a las costas de Uruguay en fases de exploración anteriores, pero no se ha obtenido ningún descubrimiento comercial.

Uruguay y Argentina, así como una empresa que opera frente a las Islas Malvinas, han señalado que los descubrimientos en la costa de África occidental se efectuaron en formaciones geológicas similares a las de las costas sudamericanas.

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PROYECTOS DE REFINACIÓN

En materia de combustibles sostenibles, Uruguay busca aprovechar y modificar la infraestructura de refinación.

Alur, unidad de biocombustibles de la petrolera estatal Ancap, invitó a las empresas a participar en un proyecto para producir ésteres hidrotratados y ácidos grasos (HEFA). Los productos finales nombrados por Ancap son variantes sostenibles de gasolina, diésel y GLP y combustibles limpios para aviación.

Ancap lanzó un proceso licitatorio por una unidad de hidroprocesamiento para su refinería La Teja, en el departamento de Montevideo. En julio, la empresa llamó a presentar expresiones de interés para desarrollar un polo logístico de combustibles líquidos en el departamento de Maldonado. Las propuestas pueden considerar combustibles fósiles y/o combustibles sostenibles como hidrógeno verde y derivados.

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HIDRÓGENO VERDE Y DERIVADOS

Uruguay está apostando fuerte por el hidrógeno verde y los combustibles sintéticos.

Los objetivos son descarbonizar el sector del transporte pesado local y estimular la industria exportadora.

Hay varios proyectos terrestres en cartera y está pendiente una subasta de bloques marinos para generación y producción de energía eólica.

El año pasado, Uruguay publicó su hoja de ruta definitiva de hidrógeno verde para 2040.

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Un desafío que enfrentan Uruguay y otros países que quieren invertir en hidrógeno verde es impulsar la competitividad y reducir los costos.

Cuatro proyectos terrestres anunciados se encuentran en fase de desarrollo, según información del Ministerio de Energía. Se trata de Paysandú de HIF Global (e-metanol y e-gasolina para exportación), Tambor de Enertrag (e-metanol para exportación), Kahiros (hidrógeno para el sector de transporte pesado local) y H24U (hidrógeno para el sector de transporte pesado local).

ENERGÍA ELÉCTRICA

Destino de inversión pequeño pero estable, Uruguay obtiene alrededor del 98% de su energía de fuentes renovables, lo que convierte al país en líder a nivel mundial.

El país está trabajando para aumentar la electrificación de su economía, con conexiones a la red, generación distribuida, electromovilidad y medidores inteligentes como pilares clave.

UTE tiene un plan maestro de expansión del parque generador 2024-2047, según el cual la capacidad solar se ampliará en bloques de 100MW. A partir de 2032, se contemplan bloques de 50MW de energía eólica, seguidos de bloques de capacidad a gas de 60MW para apoyar la estabilidad de la red. Con el tiempo, estas termoeléctricas se convertirán a combustibles sostenibles. Para 2026, UTE tiene como objetivo ampliar la capacidad solar en 100 MW.

UTE, que prácticamente tiene el monopolio del sector eléctrico, está ejecutando un plan de inversión de US$1.370 millones para el período 2020-2024. Alrededor del 70% se destinó a transmisión y distribución.

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En cuanto a proyectos propuestos por actores privados, varios han ingresado al sistema de tramitación ambiental, algunos con infraestructura de red asociada.

Junto con la tradicional compra de energía para fábricas, la producción de hidrógeno verde y combustibles sintéticos es otro potencial motor de nueva capacidad renovable privada en Uruguay.

En materia de electromovilidad, las metas actuales de Uruguay, que se enmarcan en una estrategia más amplia de eficiencia energética, apuntan a que el 100% de vehículos de pasajeros, carga liviana y pesada tengan cero emisiones en 2045, mientras que en el caso de las motocicletas, la meta es 2050.

Orsi había señalado anteriormente que incorporará 150 vehículos eléctricos por año a la flota de transporte público.

Este año Uruguay puso en consulta pública un proyecto de resolución que aprueba un reglamento técnico sobre vehículos de hidrógeno y celdas de combustible establecido por el bloque comercial regional Mercosur.

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