Electromovilidad volvería a cobrar impulso en Chile y Colombia el próximo año

Aunque la masificación de la electromovilidad se ha desacelerado en Chile y Colombia, ambos mercados deberían recuperar tracción en el corto plazo.

“Colombia es uno de los países que arrancó muy bien [en electromovilidad] y en el último año entró en un proceso de una tranquilidad inexplicable. Y sobre Chile, yo esperaba que creciera más rápido de lo que realmente ha demostrado en el último año”, dijo Patricia Baires, gerenta de desarrollo de negocios para América Latina del proveedor de equipos de carga para vehículos eléctricos Blink Charging, en conversación con BNamericas.

Sin embargo, “hemos visto algunas señales que nos han hecho creer que el 2025 va a ser muy bueno para Chile y Colombia y van a poder recuperar lo que perdieron este 2024”, agregó.

Bogotá y Santiago son las ciudades con más buses eléctricos fuera de China y constantemente están ampliando sus flotas.

La ejecutiva destacó que América Latina ha logrado grandes avances durante los últimos 18 meses, pues varios países han legislado sobre electromovilidad y ello ha ayudado a impulsar la transición.

"México ha crecido muy rápido, pero su crecimiento va enfocado a flotas del sector privado", señaló Baires. En comparación, Colombia y Chile se han centrado en flotas de transporte público, mientras que Costa Rica lo ha hecho en los compradores particulares.

También se espera que Brasil desempeñe un papel más protagónico debido al tamaño de su mercado, en tanto, Argentina solo ha enviado débiles señales de "querer entrar" en la carrera de la electromovilidad, según Baires.

No obstante, la ejecutiva destacó que las ciudades latinoamericanas no están diseñadas para tener infraestructura de electromovilidad. “No contamos con la demanda suficiente de energía en los puntos donde realmente necesitamos energía disponible”, explicó.

Esto crea una situación en la que los cargadores se instalan en lugares sin suficiente energía disponible, por lo que se debe transferir energía adicional y aumentan los costos de los proyectos.

Los retrasos relacionados con barreras burocráticas y regulatorias también son un impedimento, comentó Baires.

Agregó que, para mantener el crecimiento, América Latina debe fomentar la competencia entre diferentes tecnologías y evitar forzar un estándar único para vehículos eléctricos, lo que haría a la región menos atractiva para los fabricantes.