Exministros de Energía llaman a Argentina a comprometerse con política de largo plazo

A medida que se acercan las elecciones presidenciales de octubre, Argentina enfrenta la posibilidad de un nuevo viraje en 180 grados en su política energética.

El país no es ajeno a estos giros. Antes de que el presidente Mauricio Macri asumiera el cargo en 2015, la política consistía en congelar precios y otorgar elevados subsidios tanto a la producción como al consumo.

Esto, junto con los controles monetarios, redundó en un estancamiento de la exploración, lo que provocó una crisis de suministro de gas natural en 2015. Cuando llegó el gobierno de Macri, se revirtieron las principales políticas de Cristina Fernández, se eliminaron los controles monetarios y se avanzó hacia la liberalización de precios y la reducción de los subsidios.

Aun cuando la nueva política trajo de vuelta la exploración, Argentina sigue produciendo menos gas que en 2007 bajo Néstor Kirchner. Un nuevo cambio en el gobierno podría significar dar pie atrás en esta vía antes de llegar a destino en la hoja de ruta actual.

Ante este riesgo, un grupo de figuras del sector que tuvieron a su cargo estas políticas en el pasado llaman a Argentina a comprometerse con una política energética de largo plazo que trascienda al gobierno de turno.

En un nuevo informe, siete exministros de Energía de diversos sectores políticos sostuvieron que el país debe comprometerse con un modelo de desarrollo de largo plazo en el sector energético. Los objetivos principales serían lograr exportaciones de hidrocarburos con valor agregado y transitar hacia una matriz energética renovable.

Alfonso Blanco, secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), dijo a BNamericas que uno de los factores más importantes para que un país logre una transición hacia energías más limpias es una política pública sostenida y congruente.

Además de impulsar el desarrollo de los recursos no convencionales de la formación Vaca Muerta, el informe plantea un retorno a las grandes inversiones en reservas convencionales en Argentina. Este frente ha sufrido una disminución sostenida tanto en exploración como en producción en los últimos años, pero es necesario para abastecer adecuadamente al mercado local, señala el estudio.

Sin embargo, las reservas no convencionales son más convenientes para el mercado internacional, porque si se materializan las enormes inversiones que Vaca Muerta necesita, la producción superaría con mucho lo que Argentina y Chile pueden consumir.

El informe también exige un compromiso de las autoridades y los reguladores para proteger a los consumidores de distorsiones en la competencia y transparencia del libre mercado. Esto incluiría la eliminación total de los subsidios, excepto aquellos destinados a personas que enfrentan graves dificultades económicas.

Como informó BNamericas la semana pasada, los máximos ejecutivos de algunos de los mayores productores de hidrocarburos de Argentina concuerdan en que ya no se necesitan subsidios para el pleno desarrollo de Vaca Muerta.

Sobre el compromiso de Argentina de comprar gas natural boliviano durante el invierno, el informe sostiene que el contrato debería modificarse nuevamente. Con un nuevo acuerdo, el gas boliviano podría competir libremente en el mercado argentino. Para que esto sea posible, habría que revivir el proyectado gasoducto GNEA y terminarlo en 2020, consigna el estudio.

El documento fue firmado por Emilio Apud y Daniel Montamat, ministros de Energía de la administración de Fernando de la Rúa; Julio César Aráoz, ministro de Energía de Carlos Menem; Enrique Devoto y Alieto Guadagni, ministros de Eduardo Duhalde; y Raúl Olocco y Jorge Lapeña, ministros de Raúl Alfonsín.