La neutralidad no es opción: Lula y la agenda brasileña de política exterior

Venezuela, Argentina y Estados Unidos son las principales preocupaciones de política exterior de la administración del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.

“Yo diría que, de los tres países, la situación más preocupante para Brasil es Venezuela, porque estamos hablando de un riesgo real de profundos conflictos sociales”, dijo a BNamericas José Augusto de Castro, presidente de la asociación brasileña de comercio exterior AEB.

Lula expresó preocupación por las elecciones presidenciales programadas para el 28 de julio, que podrían dar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, otros seis años en el poder.

Recientemente, Maduro amenazó con una gran ola de violencia si las elecciones no se inclinan su favor.

“Por la información que tengo hasta ahora, me asusté por la declaración en la que Maduro dice que, si pierde las elecciones, habrá un baño de sangre. Quien pierde las elecciones [pierde votos], no sangre. Maduro tiene que aprender. Cuando ganas, te quedas. Cuando pierdes, te vas y te preparas para disputar otras elecciones. Espero que eso suceda por el bien de Venezuela y de Sudamérica”, declaró Lula a la prensa.

Lula y Maduro no han tenido enfrentamientos anteriores, pero las relaciones parecieran ir debilitándose desde que Venezuela amenazó con invadir Guyana y anexar la región del Esequibo, de abundantes recursos petroleros.

Las tensiones en la zona, donde operan petroleras internacionales, son motivo de inquietud para Brasil, porque podrían desestabilizar la región y atraer una presencia militar contundente de Estados Unidos y Reino Unido.

Lula anunció que Brasil enviará a dos funcionarios del tribunal electoral, al embajador en Venezuela y el asesor de Asuntos Exteriores Celso Amorim como observadores del proceso electoral.

ARGENTINA

Mientras tanto, el mandatario brasileño de izquierda reconoció también las difíciles relaciones que mantiene con Javier Milei, presidente de derecha argentino.

Lula y Milei no se han hablado desde que este último asumió el cargo en diciembre.

Después de haber apoyado al oponente de Milei en las elecciones del año pasado, Sergio Massa, Lula declaró a la prensa: “Yo no elijo quién es el presidente de Argentina. No me corresponde a mí elegir al presidente de Argentina y no me corresponde a mí preocuparme por el discurso del presidente argentino. Él puede ser lo que quiera”.

Añadió: “Solo quiero que tenga respeto por Brasil, de la misma manera que Brasil respeta a Argentina. Solo quiero que un presidente de la República nunca olvide que los intereses del pueblo son siempre mayores que los intereses del presidente”.

Si bien se prevé que las relaciones seguirán tirantes, no se espera que sean disruptivas.

“Este año las exportaciones brasileñas a Argentina caerán, porque el año pasado hubo una exportación récord de soja brasileña a Argentina que no se repetirá este año. Sin embargo, los empresarios de ambos países están interesados en la relación comercial de Brasil y Argentina y no es tan importante si los presidentes de ambos países se hablan o no”, explicó De Castro.

ESTADOS UNIDOS

Las turbulentas elecciones presidenciales en Estados Unidos son otra preocupación. El presidente Joe Biden acaba de abandonar su candidatura a la reelección y entregó su respaldo a la vicepresidenta Kamala Harris, lo que da nuevo impulso a una carrera en la que Donald Trump va por delante.

Mientras tanto, la campaña de Trump ha tenido dificultades hasta ahora para responder con eficacia al ascenso de Harris, que se ha convertido en noticia de primera plana después de que el reciente atentado contra la vida de Trump y la convención de los republicanos en Milwaukee dominaran la cobertura de los medios.

“En los aspectos económicos y de largo plazo, es más crucial para Brasil mantener una buena relación con Estados Unidos. En los últimos años, Brasil ha perdido mucha atención de inversionistas estadounidenses a manos de México, y con líderes antagónicos en ambos países, la relación podría distanciarse aún más”, advirtió De Castro.

“Como el presidente Biden decidió tomar una posición, mi papel es esperar que elijan a un candidato que se presente a las elecciones y que gane el mejor, aquel por el que vote el pueblo estadounidense”, dijo Lula en respuesta a una pregunta sobre la postulación de Harris.

“Mi papel no es elegir al presidente de Estados Unidos, mi papel es convivir con el presidente de Estados Unidos. Entonces, sea un candidato demócrata, sea Biden o sea Trump, habrá una relación civilizada entre dos países importantes, con un vínculo diplomático centenario que queremos mantener. Tenemos importantes asociaciones estratégicas con Estados Unidos que queremos mantener”, declaró Lula.

Durante la rueda de prensa, Lula destacó su simpatía por Biden. Su cercanía fue crucial para la estabilidad política en Brasil, ya que la Casa Blanca reconoció rápidamente la victoria electoral de Lula en octubre de 2022, en medio de acusaciones del expresidente Jair Bolsonaro y sus aliados de que las elecciones fueron amañadas.

Las autoridades brasileñas todavía investigan el papel de Bolsonaro en los ataques de enero de 2023 por una turba que irrumpió en el Congreso, el Poder Judicial y las oficinas de gobierno en Brasilia.

Los analistas creen que el respaldo diplomático de Biden a Lula calmó las tensiones en los meses posteriores a las elecciones y ayudó a evitar un levantamiento de las Fuerzas Armadas, entre las cuales Bolsonaro —aliado de Trump y excapitán del ejército— goza de amplio apoyo.