Las repercusiones de los aranceles, impuestos y tasas de interés sobre el PIB de Brasil

La economía brasileña se desaceleraría este año, en medio de una creciente preocupación sobre el impacto de los aranceles de Estados Unidos y la inflación.

El año pasado, la economía se expandió 3,4 %, liderada por los sectores de servicios e industria, así como por el consumo en los hogares y los niveles de inversión medidos por la formación bruta de capital fijo, según un informe de la agencia de estadísticas IBGE.

Sin embargo, en el cuarto trimestre de 2024, el crecimiento fue de apenas 0,2 % respecto del 3T.

"Este año, el PIB crecería alrededor de 2 %, en gran parte porque el consumo de los hogares, que ha sido un importante motor de la economía en los últimos años, está perdiendo impulso debido al aumento de las tasas de interés", dijo a BNamericas Luciano Rostagno, estratega en jefe de EPS Investimentos.

Aunque se preveía una desaceleración debido al aumento de las tasas referenciales para contener las presiones inflacionarias, las amenazas arancelarias de la administración de Donald Trump están sumando incertidumbre.

Las exportaciones de acero, aluminio y etanol de Brasil podrían verse afectadas directamente, pero los efectos secundarios podrían impactar la economía en general.

La administración estadounidense también impuso aranceles a productos chinos, que serán respondidos con medidas de represalia que podrían impulsar la demanda de productos agrícolas brasileños, como la soja y el café, y acelerar aún más la inflación.

“Es muy difícil incorporar las medidas anunciadas por el presidente Trump en los cálculos del PIB porque ha habido muchos cambios por parte del gobierno en cuanto a la implementación real de estos aranceles. En todo caso, el escenario económico global de mediano y largo plazo apunta a un mayor proteccionismo comercial, lo que se traducirá en un menor crecimiento económico global y más inflación para todos”, advirtió Rostagno.

El índice oficial de inflación IPCA alcanzó un 4,96 % en el período de 12 meses acumulado hasta mediados de febrero, por encima del objetivo de 4,5 % del Banco Central. El alza de los precios está afectando los índices de aprobación del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. En respuesta, el gobierno ha eliminado los impuestos a la importación de ciertos alimentos básicos.

El gobierno planea además impulsar la producción agrícola para consumo interno, ya que la inflación de los alimentos, en particular, afecta más gravemente al electorado de Lula.

"Estas medidas tienen como objetivo reducir los precios en beneficio de los ciudadanos al ayudarlos a mantener su poder adquisitivo y ofrecerles mejores precios para su canasta básica de alimentos. También estimulan el sector productivo y el comercio. Todas estas acciones, desde las regulatorias hasta las fiscales, apuntan a que el gobierno renuncie a ingresos y exima impuestos para incentivar la rebaja de precios", dijo el vicepresidente Geraldo Alckmin en un comunicado.

Aranceles

Alckmin, quien también es ministro de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, participó en una videoconferencia con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, y el representante comercial Jamieson Greer para conversar sobre las amenazas arancelarias.

Alckmin destacó que el comercio bilateral asciende a unos US$ 80.000 millones, con un superávit de US$ 200 millones para Estados Unidos, y subrayó que no se aplican aranceles a ocho de las diez importaciones más importantes de Estados Unidos. Según el Gobierno brasileño, el arancel ponderado efectivo recaudado promedia 2,73 %.

Estados Unidos tiene el séptimo mayor superávit comercial de bienes con Brasil.

"El vicepresidente destacó que la intención del Gobierno brasileño es fortalecer la complementariedad económica entre los países, aumentar la reciprocidad, fortalecer nuestras empresas y, sobre todo, contribuir a las buenas prácticas comerciales entre los dos países", indicó el gobierno en un comunicado.

Está previsto que funcionarios de ambos países se reúnan nuevamente pronto.

La administración de Trump mantiene conversaciones arancelarias con algunos países, pero también volvió a proponer las medidas contra Canadá y México, las que entraron entrar en vigor el 4 de marzo, pero fueron suspendidas.