Hidrógeno verde en la mira de los puertos brasileños

Si bien Chile ha tomado la delantera en el segmento de hidrógeno verde de América Latina, algunos complejos portuarios brasileños como Pecém en el estado de Ceará, Suape en Pernambuco y Açu en Río de Janeiro lideran los esfuerzos para colocar al país más grande de la región en el mapa mundial de este combustible ecológico.

“Juntos, estos puertos combinan una serie de factores estratégicos para el desarrollo de la nueva cadena de hidrógeno verde, como la logística de exportación, la proximidad a centros industriales dentro de sus propios complejos y el acceso a abundantes fuentes de energía renovable”, dijo a BNamericas el director de medio ambiente y sustentabilidad de Suape, Carlos Cavalcanti.

"El hidrógeno verde genera una enorme cadena de valor que se focaliza en la energía renovable, como la eólica y solar, e incluso para actores relacionados con el agua tratada y la necesidad de desalinización”, explicó a BNamericas la directora comercial de Pecém, Duna Godmin Uribe. “Además, el hidrógeno verde impulsaría la producción de amoníaco, usado como una forma eficiente de almacenar y transportar esa energía".

Pecém es considerado el complejo portuario más avanzado de Brasil en cuanto a iniciativas de hidrógeno verde.

La unidad local de la eléctrica portuguesa EDP planea ser la primera en producir hidrógeno verde en el puerto a través de un proyecto piloto el próximo año, y Pecém ya firmó memorandos de entendimiento para proyectos con Fortescue, Qair y Engie, entre otras empresas.

“Creo que en 2022 estaremos firmando contratos más robustos para proyectos viables económica y financieramente, con la expectativa de alcanzar niveles más altos de producción de hidrógeno verde a fines de 2024 o principios de 2025”, indicó Uribe.

Suape también ha firmado memorandos de entendimiento con diversos actores como Qair, Neoenergia y Casa dos Ventos para desarrollar proyectos de hidrógeno verde.

Mientras tanto, en febrero Fortescue suscribió un memorando de entendimiento con Porto do Açu por estudios de viabilidad sobre la instalación de una planta de hidrógeno verde.

El acuerdo sienta además las bases para el desarrollo de proyectos de generación de energía solar in situ, así como de energía eólica marina frente a las costas de los estados de Río de Janeiro y Espírito Santo.

BRASIL Y CHILE: ¿COMPLEMENTOS O COMPETIDORES?         

Chile es considerado el país de América Latina que está más avanzado para llegar a producir hidrógeno verde a gran escala, puesto que su gobierno ya ha establecido pautas con ambiciosos objetivos de producción.

En tanto, el Gobierno de Brasil está trabajando para definir pautas el próximo año para contar con un plan nacional. Cavalcanti ve a Chile y Brasil como fuerzas complementarias en el futuro y no como competidores.

"A largo plazo, considerando los aspectos logísticos, creo que Chile probablemente ofrecerá precios más competitivos para atender los mercados de Asia y Oceanía, mientras que Brasil puede ser más competitivo al tener mercados más conectados con el océano Atlántico, pero los países se complementarán porque la demanda de hidrógeno verde será muy alta. Para 2050, alrededor del 18% del consumo de energía mundial provendrá del hidrógeno verde", señaló Cavalcanti.