México dispuesto a negociar con el diablo

Si Donald Trump gana las elecciones presidenciales de EE.UU. en noviembre, México enfrentará un dilema diabólico, señaló el secretario de Economía de este último país, Ildefonso Guajardo.

"El 80% de nuestras exportaciones vienen [a EE.UU.]. Compartimos una frontera de 3.000km con ellos. Entonces, no podemos arriesgar un acuerdo bilateral tan importante", señaló Guajardo en el marco de un foro sobre la Alianza del Pacífico organizado en Nueva York.

"Si tenemos que hablar con el diablo para garantizar la seguridad de los mexicanos, México hablará con el diablo", dijo, lo que generó risas y aplausos de la audiencia.

Sin embargo, la declaración sugiere la posibilidad de una o dos negociaciones faustianas, en especial en lo que respecta a la migración y el comercio.

Los mexicanos odian a Trump por su desprecio hacia los inmigrantes y sus reiteradas promesas de construir un muro si resulta elegido —y que México lo pague— y de expulsar a mexicanos indocumentados para ir a la caza de delincuentes para su deportación, a lo que se suma su infame visita del 31 de agosto para reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto (quien manifestó su pesar por no asistir la noche del miércoles a través de Guajardo).

Dicho encuentro generó gran molestia entre la población y terminó provocando la salida de Luis Videgaray, el entonces secretario de Hacienda y brazo derecho de Peña Nieto. Mucho se ha discutido sobre el impacto de las elecciones estadounidenses en México con el llamado efecto Trump.

La importante correlación entre la popularidad de Trump y la depreciación del peso llevó a Banamex a anticipar que el Banco Central elevará un en 75 puntos básicos la tasa de interés en su reunión del 29 de septiembre, incluso antes de que la Reserva Federal de EE.UU. comunicara su decisión de conservar la suya.

También plantea la interrogante de una discusión más probable sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y los pactos comerciales en general, lo que podría tener un impacto negativo en muchos sectores.

Moody's abordó este tema en un informe emitido el jueves, en el que señaló que Trump y su contrincante Hillary Clinton han expresado preocupación por los tratados de libre comercio y posiblemente abordarán los temas pendientes con China y la Organización Mundial del Comercio.

Sin embargo, "las propuestas de Trump tienen un alcance mucho mayor, incluida su intención declarada de romper pactos comerciales (renegociando el TLCAN y retirándose del Acuerdo de Asociación Transpacífico [TPP] en su forma actual) e imponer fuertes aranceles a las importaciones desde varios países, según sea necesario, para acabar con las concesiones", indicó.

Consultado al respecto, Guajardo apuntó a la postura preelectoral del presidente Barack Obama para modificar el TLCAN que terminó enfocándose en el TPP.

"La mejor forma de modernizar el TLCAN es aprobando el TPP", sostuvo.

El evento, organizado en paralelo a la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre refugiados y migrantes, contó con la presencia de los presidentes de Chile, Michelle Bachelet; Colombia, Juan Manuel Santos; y Perú, Pedro Pablo Kuczynski; quienes conversaron con Guajardo sobre la Alianza del Pacífico y los objetivos, demandas y desafíos del TPP.

Si EE.UU. decide marginarse del TPP, Guajardo sugirió que las naciones de la Alianza del Pacífico actúan de modo independiente.

Comentó que México no debiera esperar que EE.UU. aclare sus ideas sobre integración y libre comercio y que para "bailar el tango" y renegociar el TLCAN su país se abriría a la posibilidad "si se tratara de una situación ganar-ganar, y si no, no".

Por otra parte, Bachelet subrayó la necesidad de que EE.UU. se adhiera al TPP o arriesga acabar con todo el acuerdo. El TPP exige que la cuota equivalente al 85% del PIB de las 12 naciones signatarias iniciales ratifique el pacto antes de que entre en vigencia.

Por tal motivo, "si EE.UU. no participa, puede que el pacto no funcione", agregó.

Guajardo y Bachelet expresaron además su fuerte respaldo a nuevas formas de integrar y extender el comercio mediante la Alianza del Pacífico y el TPP.

El primero llamó a presentar ideas innovadoras para integrar las economías de Norte- y Sudamérica, como por ejemplo al recurrir a las estaciones del año opuestas para producir alimentos de manera sostenida en toda la región y al entregar incentivos a las compañías navieras para que cooperen con sus bloques comerciales.

La mandataria chilena celebró los lazos potenciales, nuevos y existentes con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, ASEAN, y el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, APEC.

"Queremos fortalecer la convergencia con otros modelos de integración, (...) ASEAN por ejemplo y espero también que con APEC", dijo Bachelet, que mencionó el reciente tratado de amistad que adhirió Chile recientemente con ASEAN.

La mandataria destacó que si bien Chile ya tiene tratados de libre comercio con todos los países signatarios del TPP, no todos ellos se redactaron en igualdad de condiciones, y señaló que el pacto con Japón es especialmente bueno.

"Con el TPP, estos incluso pueden mejorar", añadió.

Por su parte, Santos dijo que Colombia es considerada prioridad para ingresar a la APEC, una vez levantada la moratoria. Con respecto al TPP, el presidente señaló que Colombia está a la espera de que se selle el pacto, si bien su país está interesado y "podría llegar a ser miembro potencial", idea que apoyan las naciones signatarias México, Chile y Perú.

"Pretendemos ser parte del grupo", manifestó, aunque recalcó —al igual que Bachelet— que "es indispensable que participe EE.UU.".

El mandatario colombiano destacó además la firma del histórico acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC, prevista para el lunes, que pondrá fin a un conflicto armado que comenzó en 1964. El acuerdo generará oportunidades económicas para todos en Colombia, señaló Santos, si bien el turismo será un sector que se beneficiará especialmente.

Por último, Kuczynski hizo un llamado a fomentar iniciativas que minimicen la economía informal en Perú para que los negocios pequeños se inserten en el régimen fiscal, aunque reconoce los desafíos que esto conlleva; problemas que las recientes reformas tributarias de México también tratan de abordar.

"¿Cómo hacemos para que una empresa pequeña peruana pague un 30% de su ingreso?", se preguntó Kuczynski, y comentó sus iniciativas para que empresas de menor envergadura comiencen con tasas fiscales muy bajas para incorporarlos gradualmente al sistema, similar a lo establecido en las reformas mexicanas.