México revela manifestación de impacto ambiental por aeropuerto de Santa Lucía

El proyecto para convertir la base aérea militar de Santa Lucía, en el estado de México (Edomex), en un aeropuerto internacional de uso mixto continúa avanzando, con reformas al plan maestro y la manifestación de impacto ambiental ya revelada.

El precio del proyecto aumentaría en 11,7% respecto de los 70.3342mn de pesos (US$3.710mn) originalmente estimados, a 78.557mn de pesos, según el plan maestro actualizado del aeropuerto, informó el periódico local El Economista.

El documento, preparado por el operador francés del aeropuerto y la firma de ingeniería Groupe ADP, señala que el aumento se debe a las 1.284ha que se deberán comprar por razones de seguridad y dado los ruidos del aeropuerto, a lo que suma el costo de reubicación de las instalaciones militares.

El plan maestro original fue presentado por el equipo de transición del entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en agosto, y no tuvo en cuenta los gastos relacionados con la reubicación, según el informe.

La versión final del plan maestro estaría lista para el segundo semestre de este año.

Santa Lucía, ubicada en los municipios de Tecámac y Zumpango, forma parte de un sistema de tres aeropuertos que el Gobierno Federal propone para hacer frente a la saturación del actual aeropuerto internacional de Ciudad de México, AICM. El aeropuerto internacional que atiende a la capital de Edomex, Toluca, también formará parte del sistema. La iniciativa reemplazará al aeropuerto internacional de 285.000mn de pesos que se construía en Texcoco y que se canceló luego de un referendo extraoficial.

La construcción del aeropuerto demoraría tres años y sería responsabilidad de la Dirección General de Ingeniería de la Secretaría de Defensa, Sedena.

Sobre la base del plan maestro inicial, en su primera fase de operaciones Santa Lucía estaría equipada con un edificio terminal de dos niveles con tres plantas bajas y dos pistas para operaciones civiles. Se espera que la pista existente de la base aérea se conserve para operaciones militares. El aeropuerto tendrá en esa etapa una capacidad para movilizar 18 millones de pasajeros.

EVALUACIÓN AMBIENTAL

Mientras tanto, ya se presentó una manifestación de impacto ambiental (MIA) por el proyecto a la Secretaría de Medio Ambiente, Semarnat, para su aprobación.

El documento, preparado por el instituto de ingeniería de la universidad pública UNAM, incluye un mapa que muestra la ubicación de la base aérea, así como el terreno que se comprará, como se indica en el plan maestro actualizado.

Sobre la base de la evaluación, Santa Lucía se construirá en tres etapas. La tercera fase, que se desarrollará en 30 años, contempla cuatro edificios terminales y la capacidad de movilizar hasta 100 millones de pasajeros por año.

El proyecto incluye la construcción de una carretera de 45,7km para unir Santa Lucía y el AICM. Esta vía tendría dos carriles para uso exclusivo de los usuarios del aeropuerto. Funcionaría desde la terminal Nº 2 de la AICM, siguiendo una ruta similar a las autopistas urbanas Periférico y Circuito Exterior Mexiquense hasta llegar a Santa Lucía.

De los 78.500mn de pesos contemplados en el plan maestro actualizado, se invertirán US$68.300mn en construcción y 3.000mn de pesos para comprar terrenos. Otros 885mn de pesos se utilizarán para estudios de preinversión. El uso de los 6.200mn de pesos restantes aparece como información confidencial en la evaluación.

El documento señala que aún no se ha calculado la inversión necesaria para llevar a cabo las acciones de prevención y mitigación ambiental del proyecto.

AGUAS Y RESIDUOS

Las operaciones en el aeropuerto requerirán 70l/s de agua exclusivamente para servicios de pasajeros, mientras que las áreas verdes usarán agua tratada de una planta de 52l/s que se construirá en el sitio.

El agua se suministrará desde pozos de agua existentes, y la aprobación de las concesiones para su uso aún deberá solicitarse a la autoridad nacional Conagua.

Los residuos producidos en el aeropuerto una vez que comience sus operaciones se recolectarán y clasificarán para su disposición final en una planta de tratamiento. Los detalles de la planta se conocerán en el plan maestro final.

Algunas de las medidas que se implementarán para prevenir o mitigar el impacto ambiental del proyecto incluyen la creación de áreas cubiertas de hierba para estabilizar el suelo, así como para garantizar que los niveles de contaminación del suelo no excedan los permitidos por las regulaciones vigentes.

Se instalarán algunas áreas de recolección de aguas lluvia para alimentar a acuíferos existentes y se implementará un programa de manejo de residuos sólidos.

La Semarnat tiene 60 días para aprobar la manifestación o requerir más información de Sedena.

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