Por qué bancos y constructoras no coinciden en auge de infraestructura

Esta es una traducción automática del artículo originalmente escrito en inglés.

En los últimos años, Brasil ha sido testigo de una creciente participación de grandes bancos y fondos de inversión en activos y proyectos de infraestructura, una tendencia que ha facilitado un amplio crecimiento de las concesiones y asociaciones público-privadas (APP) en el sector.

Sin embargo, este cambio está empezando a revelar algunos efectos secundarios.

“Un banco o un fondo de inversión tiene mucha mayor rigidez financiera que otro tipo de empresas, como los operadores de infraestructura tradicionales. Esta rigidez se traduce en ofertas más modestas en las subastas. Además, como estos actores financieros son parte de los consorcios que tienen los contratos, ejercen una presión significativa sobre los precios de las empresas de ingeniería y construcción involucradas en los proyectos”, dijo a BNamericas João Cortez, socio de la consultora de infraestructura Vallya.

“Todavía no estamos en la etapa de conflicto abierto, pero ya hay relaciones bastante tensas entre firmas de ingeniería contratadas por fondos de inversión y bancos para ejecutar ciertos proyectos en marcha”, agregó Cortez, declinando proporcionar ejemplos específicos.

Las instituciones financieras como actores del sector

La creciente participación de las instituciones financieras en el sector de infraestructura de Brasil ha evolucionado más allá de su papel tradicional como financiadoras de proyectos. En algunos casos, estas entidades aspiran a convertirse en plataformas integradas dentro del sector, adquiriendo incluso participaciones en empresas tradicionales.

Esta tendencia cobró impulso cuando algunas de las empresas implicadas en el escándalo de corrupción Lava Jato enfrentaron graves dificultades financieras, lo que les generó un gran endeudamiento y un debilitamiento de sus posiciones ante los bancos, que eran sus acreedores.

Como parte de esta estrategia, Banco Bradesco, uno de los bancos más grandes de Brasil, anunció recientemente planes a través de su división de banca de inversión, Bradesco BBI, para adquirir una participación del 15% en CCR, una de las empresas de infraestructura más importantes del país.

La medida implica litigio, ya que Bradesco busca reclamar una participación del 15% en CCR que actualmente está en manos del conglomerado Mover (antes conocido como Camargo Corrêa), una empresa involucrada en la Lava Jato.

Como acreedor de Mover, Bradesco sostiene que las acciones de CCR fueron utilizadas como garantía de un préstamo impago y que el banco tiene derecho a hacer valer esas garantías. En caso de éxito, Bradesco se uniría a Itaúsa (holding que controla el Banco Itaú Unibanco), Votorantim y el grupo Soares Penido como accionistas controladores de CCR.

Mover solicitó protección contra la quiebra en diciembre, junto con su filial cementera, Intercement. Bradesco, como uno de los principales acreedores de Mover, afirma que puede reclamar las acciones de CCR entregadas como garantía porque Mover está en mora.

El papel en expansión de BTG Pactual

BTG Pactual, el mayor banco de inversión de Brasil, es otro actor importante que está expandiendo su presencia en el sector de infraestructura.

El año pasado, un tribunal del estado de São Paulo aprobó la solicitud de protección contra la quiebra de OEC (antes Odebrecht Engenharia e Construção), parte del conglomerado Novonor. Durante su proceso de recuperación, OEC consiguió 650 millones de reales (US$107 millones) en financiamiento de corto plazo de BTG Pactual, según una fuente conocedora de la operación consultada por BNamericas.

BTG también ha participado como postor en recientes subastas de carreteras, incluida la concesión de 13.000 millones de reales para la autopista Rota dos Cristais que conecta Minas Gerais y Goiás y la concesión de 10.900 millones de reales para la autopista Rota Verde en el estado de Goiás.

En la primera subasta, BTG perdió ante el grupo de infraestructura francés Vinci, mientras que en la segunda fue superado por el consorcio Rota Verde, que incluye al fondo de inversión Aviva y a la empresa de construcción Tecpav, con sede en Goiás.

Inversión en saneamiento

El saneamiento también ha despertado un interés significativo por parte de las empresas de inversión, impulsadas por una sólida agenda de concesiones en los últimos años. Pátria Investimentos, por ejemplo, ha creado un equipo dedicado a evaluar oportunidades en este sector.

En 2022, Pátria contrató a João Lúcio Souza Lima Filho, un experimentado ejecutivo en el área de saneamiento, ex Sam Ambiental.

Actualmente, Aegea, el mayor operador privado del sector de saneamiento de Brasil, es propiedad del grupo Equipav (53%), del fondo soberano de Singapur GIC (34%) e Itaúsa (13%).

“En mi opinión, la participación de fondos de inversión ha aportado mayor profesionalismo y sofisticación al sector de saneamiento. Estas empresas están pasando de ser simples operadores a plataformas integradas de inversión”, dijo a BNamericas Percy Soares Neto, fundador de la consultora de agua y residuos Ikigai.

A pesar de las tensiones ocasionales entre empresas de ingeniería y actores financieros, la participación de los bancos y los fondos de inversión ha sido crucial para avanzar en las agendas de concesiones federales y estatales.

Estas contribuciones han permitido realizar múltiples licitaciones, fomentando la competencia entre los participantes, incluso en las difíciles condiciones de presiones inflacionarias y tasas de interés en aumento.