Pragmatismo será clave en proyectos de infraestructura ante las tensiones fiscales de México

El gobierno entrante de México, encabezado por la presidenta electa Claudia Sheinbaum, podría tener mayor éxito a la hora de impulsar proyectos esenciales y superar grandes dificultades financieras si se inclina hacia un enfoque menos político y más pragmático y técnico.

“La expectativa es que la administración de la doctora Sheinbaum tenga un acercamiento más técnico a las necesidades en materia de infraestructura en una administración que llega con un déficit presupuestal considerable”, dijo a BNamericas Juan Carlos Machorro, socio del estudio jurídico Santamarina + Steta. “Además, puede tener la visión de colaborar de manera más cercana con el sector privado”.

Sheinbaum, que asumirá el cargo el 1 de octubre, heredará una situación fiscal complicada debido al desproporcionado gasto de su predecesor. Según el centro de estudios económicos local IMCO, en el primer semestre de 2024 el gasto dio lugar al mayor déficit presupuestario registrado en el período enero-junio en al menos 19 años, con un total superior a 744.000 millones de pesos (US$37.500 millones), según un informe.

La nueva administración enfrentará también importantes obligaciones de deuda, con más de 7 billones de pesos en vencimientos en los próximos cinco años.

Sin embargo, un enfoque más técnico en infraestructura podría ayudar a proteger las finanzas nacionales al centrarse en proyectos viables y fomentar la participación del sector privado, aseguró Machorro.

“Este enfoque técnico primero determina en dónde realmente están las necesidades y, segundo, cuál es la viabilidad de esos proyectos necesarios, si se trata de un retorno de carácter económico o más bien de carácter social. Ahí sí puedes privilegiar el uso de recursos públicos o quizás las garantías engrapadas de la banca de desarrollo para generar el apetito de la banca comercial a financiar esos proyectos”, agregó.

Otro reto para Sheinbaum será navegar por la polémica reforma judicial que tramita actualmente el Congreso, la cual ha generado preocupación entre inversionistas y políticos estadounidenses y canadienses.

“No estoy seguro de que [el Congreso] tenga plena conciencia de los efectos tan destructivos que esta reforma per se pueda tener para el ambiente de negocios y la certeza para las inversiones”, advirtió Machorro.