Reestructuración de gobernanza en Petrobras: ¿cumplimiento solo para los “chicos”?

Petrobras aprobó una reestructuración de su división de gobernanza y cumplimiento por primera vez desde el retorno al poder del Partido de los Trabajadores en enero con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, casi una década después del inicio de la investigación Lava Jato por corrupción al interior de la petrolera estatal brasileña.

La reorganización crea una oficina de gestión ejecutiva de responsabilidad disciplinaria y otra área para supervisar información estratégica y monitorear sistemas de integridad.

Se creará un área adicional para atender denuncias relacionadas con violencia en el trabajo. El departamento, que estará dirigido por una mujer, se ocupará de denuncias de acoso moral y sexual y discriminación.

Instituto Empresa, asociación de inversionistas que promueven el gobierno corporativo, ha planteado su escepticismo ante las medidas anunciadas.

"Esto es ‘gobernanza para los chicos’, lo que significa que solo seguirán el comportamiento de los niveles inferiores de la empresa", dijo a BNamericas Eduardo Silva, presidente de la entidad, que recordó que el esquema de corrupción se dio entonces en la alta dirección de Petrobras.

En tanto, el regulador de valores está investigando el nombramiento por el Gobierno Federal de dos miembros del directorio de Petrobras, a pesar de que los candidatos habían sido rechazados por las autoridades de gobernanza de la empresa.

"No tiene sentido crear estos órganos por 'apariencia' cuando hay decisiones reales que ya tienen marcas de inconformidad y que están reñidas con los mejores intereses de los accionistas minoritarios", indicó Silva.

Por otro lado, Sidney Lima, analista de Ouro Preto Investimentos, cree que la reestructuración reforzará la transparencia y confianza en la empresa, además de proteger los intereses de los inversores.

"La reestructuración puede ser una respuesta de Petrobras para superar el impacto de Lava Jato. Busca disipar las preocupaciones restantes y demostrar compromiso para evitar futuras irregularidades", dijo a BNamericas.

Lima cree que la medida también podría estar relacionada con la adaptación de Petrobras a un entorno político potencialmente más complejo.

"La reestructuración puede ser un intento de mostrar un funcionamiento ético y transparente y optimizar la percepción de no injerencia del Estado", añadió.

Roberto Gonzalez, asesor independiente y especialista en gobernanza, ve la reestructuración de Petrobras como una medida del Gobierno Federal para no repetir malas prácticas del pasado. La considera una buena señal no solo para Petrobras, sino también para los mercados de capitales y otras empresas estatales.

"Puede ser que el Gobierno Federal esté indicando al mercado que apoya las buenas prácticas de gobierno corporativo y que podría seguir el mismo camino en otras empresas públicas", dijo a BNamericas.

El actual director de gobernanza y cumplimiento de Petrobras, Mário Spinelli, auditor de carrera en la Contraloría General (CGU), emitió la siguiente declaración pública: "Este será otro paso importante en el enfoque de esta gestión hacia una atención genuina a las personas y se suma a otras mejoras que ya hemos anunciado, como procesos de recepción de denuncias y acompañamiento de víctimas de acoso. Creo que el trabajo de esta área fortalece aún más a Petrobras como una empresa que quiere respetar los derechos humanos y busca la diversidad y equidad entre los miembros de su fuerza laboral”.

DILIGENCIA DEBIDA

Daniele Nunes, socia del bufete Leal Cotrim Advogados, señala que la nueva reestructuración muestra que Petrobras quiere dedicar más atención a responsabilizar a los empleados y a terceros por las irregularidades.

Recuerda que, después de Lava Jato, Petrobras implementó nuevos controles, como debidas diligencias de cumplimiento de sus proveedores. Recientemente incluyó requisitos relacionados con la lucha contra violaciones a los derechos humanos.

"Esto obliga a los proveedores a tener sus propios controles de cumplimiento, so pena de que su grado de riesgo sea considerado alto, lo que les impediría participar en la mayoría de las licitaciones de Petrobras", dijo a BNamericas.

Nunes reflexionó sobre lo que la petrolera estatal debe tener en cuenta al evaluar el programa de cumplimiento de un proveedor para no hacer inviables las transacciones comerciales.

"Esta es la otra cara del cumplimiento, es decir, el riesgo de que Petrobras se vuelva demasiado burocrática e imponga exigencias excesivas hasta el punto de impedir que se cierre el contrato más ventajoso, que es su deber como empresa pública", afirmó.