Terminar corredor interoceánico de México será un desafío para Sheinbaum

El corredor ferroviario interoceánico de México, uno de los principales proyectos de infraestructura impulsados por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, planteará a su sucesora dificultades técnicas y financieras que podrían determinar su éxito como alternativa al canal de Panamá.

El proyecto incluye la implementación de una plataforma logística centrada en líneas ferroviarias que conectarán el puerto pacífico de Salina Cruz, en el estado de Oaxaca, con Coatzacoalcos, en la costa del golfo del estado de Veracruz. También contempla la construcción de 10 polos de desarrollo (parques industriales) para las industrias eléctrica, electrónica, automotriz, de autopartes, de transporte, farmacéutica y petroquímica.

La construcción se inició en 2019 con la supervisión de la Secretaría de Marina (Semar) a través de la empresa Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT). En diciembre del año pasado el presidente inauguró parcialmente la obra con el inicio de operaciones de una de las tres líneas paralelas (Z) para transporte de pasajeros.

Sin embargo, el corredor interoceánico se ha topado con múltiples problemas técnicos y económicos, entre ellos los sobrecostos.

Según un informe publicado el martes por el diario Reforma, la preparación de las líneas no ha concluido y recién estará terminada en diciembre de 2025, lo que elevará al doble el presupuesto inicial de 16.600 millones de pesos (US$850 millones).

“Este cambio de alcance surge por el incremento en la demanda de servicios ferroviarios por parte de la Línea Z, lo cual produjo que se considerara más equipo ferroviario, como son las tolvas, vagones, locomotoras, así como la reconstrucción de varios puentes vehiculares que pasan por el tramo, los cuales fueron afectados por la construcción”, informó el medio, que cita un documento de FIT.

La topografía del trazado de construcción, con pronunciadas pendientes y curvas entre montañas, presenta obstáculos naturales que limitan la operación de los trenes y la capacidad de transporte de carga, plantea el informe.

El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción ( CMIC ), Luis Méndez Jaled, indicó que la complejidad del proyecto y de las obras de los polos de desarrollo harán que su culminación sea un desafío importante para la presidenta electa Claudia Sheinbaum, quien asumirá en Octubre.

“El tren interoceánico tiene mucha ambición. Si se logran detonar los polos de desarrollo, que necesitan factores como capital humano capacitado, infraestructura y no nada más de logística ferroviaria, […] puede ser un proyecto muy exitoso”, dijo a BNamericas. “Va a ser complejo, pero sí tiene un camino para que pueda tener resultados tarde o temprano. Es el reto que tiene la administración de Claudia Sheinbaum”.

El año pasado, el contratista Mota-Engil se adjudicó los contratos para construir tres de los diez polos de desarrollo. Otro fue adjudicado a Grupo Constructor Urcedic y otro a un consorcio formado por Profharmax y Transportadora Comexsa.

Méndez también señaló que el corredor interoceánico debe ir acompañado de otros proyectos complementarios que incluyan infraestructura vial con participación del sector privado.

“[El corredor interoceánico] es un reto interesante, importante, y por eso nosotros hemos propuesto tener proyectos donde la iniciativa privada aporte con inversiones. Creo que se tiene que doblar o triplicar lo que hoy se está invirtiendo en infraestructura y solo con inversión pública no será posible”, afirmó.